Actualmente, el mundo de los smarthphones, los edificios inteligentes y ciudadanos multitask, es cada vez más difícil encontrar tiempo para alimentarse sanamente. Por otro lado, como por arte de magia, diario aparecen nuevas opciones de alimentos preparados, verduras en conserva, proteína enlatada; nos hacen la vida más sencilla, pero menos sana. ¿Qué pasaría, si al querer mejorar nuestra nutrición, no hubiera alimentos frescos a nuestro alcance? ¿O cómo es que habitantes de zonas áridas, tienen acceso a vegetales, frutos y pescados frescos a primera hora del día?
Esto es posible gracias al transporte refrigerado, el cual nos permite obtener productos nutritivos, de excelente calidad e higiene y a buen precio, que son un elemento clave en nuestra alimentación y vida cotidiana.
Los alimentos frescos y el transporte refrigerado
Sabemos que algunos alimentos, como las frutas y verduras, requieren de un tratamiento y transporte específico que pueden resultar algo costosos; sin embargo, los detallistas saben que es una necesidad imperante atender esta parte de su negocio, pues en ella se encuentra un gran nicho de mercado que no se puede dejar de lado.
La principal razón por la que frutas, verduras, pescados, aves y carnes rojas deben llegar íntegros al punto de venta, no es meramente por estética (aunque los productos magullados, golpeados e “imperfectos” suelen ser discriminados y terminan como merma), sino que al perder los alimentos su frescura, también se pierden sus propiedades nutritivas; entre menos frescos, menos benéficos, y en algunos casos, como en las carnes, el mal estado puede llevar a serios casos de intoxicación.
Cada vez son más los profesionales de la salud y la nutrición que recomienden consumir la mayor cantidad de alimentos frescos posibles. Según el estudio “Sistemas Locales Alimenticios: Conceptos, impactos y cuestiones, publicado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos USDA, los alimentos frescos ayudan a la creación de neurotransmisores que conllevan beneficios antioxidantes y ayudan a la memoria, aumentando la producción de energía en las neuronas. Además, entre menos conservadores tengan los alimentos, las posibilidades de generar algún padecimiento crónico en el sistema digestivo o cardiovascular disminuyen.
Por otra parte, el Grupo Técnico de Pérdidas y Merma de Alimentos de la Cruzada Nacional Contra el Hambre informa que México desperdicia al año el 37% del total de los alimentos producidos, equivalentes a 10 mil toneladas.
Así es como el transporte refrigerado cobra una importancia enorme en el consumo de alimentos frescos, no sólo garantizando que una gran variedad de opciones pueda consumirse en cualquier ciudad, durante cualquier estación, sino también evitando en lo más posible el desperdicio de comida.
La importancia del transporte refrigerado en la cadena de frío
El principal reto para los comerciantes y detallistas, es prolongar lo más posible el tiempo de conservación de alimentos perecederos durante la cadena de frío, esto, con el fin de satisfacer la demanda de los consumidores, generando un incremento en las ventas y una clientela cautiva.
La piedra angular de la cadena de frío es el transporte refrigerado, haciendo posible que grandes cantidades de perecederos se transporten y distribuyan de un lugar a otro, conservando un estado óptimo. Sin las unidades de transporte refrigerado, la venta de los productos estaría restringida a su lugar de cultivo o producción, o su costo se elevaría considerablemente debido a los complejos procesos para trasladarlos. Por esta razón, es importante poner mucha atención en los proveedores y en los recursos tecnológicos utilizados durante la cadena de frío.
Hoy en día existe una variedad de proveedores con una completa gama de productos y soluciones para la industria del transporte a temperatura controlada. Algunos de ellos responden realmente a las necesidades de la industria, con su tecnología e innovación en el control y monitoreo de temperaturas.
Un primer paso para estar a la vanguardia en esta materia es, indudablemente, la asesoría de los expertos. No basta con contratar cualquier proveedor de la industria; es necesario tener la plena seguridad de que nuestros productos son transportados con la mejor y más alta tecnología, lo cual nos dará la certeza de que los mismos llegarán a nuestros clientes conservando la composición, calidad, sabor y valor nutricional con el que fueron producidos.
Se debe considerar que distintos tipos de productos requieren también temperaturas distintas, incluso sucede entre frutas y verduras; si serán movilizados en un mismo transporte refrigerado, necesitarán equipos especiales adecuados a cada producto.
Inclusive, existen ya aplicaciones en telemática que buscan facilitar la vida a los transportistas y productores, con monitores y herramientas, para actualizaciones en tiempo real que no sólo procuren la integridad de los alimentos, sino también un consumo responsable de combustible, dejando una huella positiva en el medio ambiente.
Fuente: Mundologistico.net
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