“No puede existir un ordenamiento territorial sin el concurso de una logística urbana o de la última milla, o logística capilar1, que además de incrementar la competitividad de los flujos de mercancías y comerciales, ayude a mejorar la movilidad de las personas” ii
Hablar de cómo se encuentran los planes de ordenamiento territorial (POT) en Colombia es evocar la letra del cantautor Pedro Arroyo o de Silvio Rodríguez: “Llover sobre mojado”. Criticar sería muy fácil. Además, existe información de sobra, como la suministrada por el Departamento Nacional de Planeación en el 2016, según la cual más de 900 municipios de los 1.101 requieren actualizar sus POT.
En el marco del lanzamiento del programa Territorios Modernos se trazaron los lineamientos del ordenamiento territorial que serían aplicados en tres áreas metropolitanas (Valle de Aburrá, Bucaramanga y Valledupar) y en otros 100 municipios. La iniciativa busca convertir el POT en el eje de la inversión pública y privada, y permitir la participación ciudadana en la modernización rural y municipal. Sin embargo, no es nada novedosa, pues ya se había abordado en la Ley 9.ª de 1989, la Ley 388 de 1997 y la Ley 1454 del 2011.
También es notoria la inexistencia de planes metropolitanos de ordenamiento territorial (PMOT) y de planes de ordenamiento departamental (POD). Analizar y sugerir mejoras en las desalineadas guías iii para elaborar los POT existentes en Colombia, específicamente con relación a la cadena de suministro y logística, y en particular con la denominada logística urbana, lleva a concluir que en esencia las guías están bien realizadas, pero la carencia de expertos en estos últimos temas llevará a un choque contra los planes nacionales.
Los municipios o áreas metropolitanas, tal vez con la excepción del Valle de Aburrá, no han prestado mucha atención al asunto. Desde hace un par de años estamos oyendo de las vías 4G y de cómo aumentará la velocidad entre nodos logísticos. No tiene sentido evaluar si van bien o mal, pues lo que interesa es cómo se articularán con los municipios y cómo se impedirá que se malogre lo ganado en las rutas primarias al llegar a las ciudades.
¿VISIÓN DE FUTURO?
Según la ley, el POT es el conjunto de acciones y políticas, administrativas y de planeación física, que orientarán el desarrollo del territorio municipal por los próximos doce años y que regularán la utilización, ocupación y transformación del espacio físico urbano y lonrural. Tiene un componente vial y de normas urbanísticas, entre muchos otros, que permitirán la ejecución de proyectos de infraestructura y urbanísticos eficientes (forma como se deberían articular con la cadena de suministro y logística urbana).
De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la logística urbana depende de la infraestructura, la estrategia de distribución y las características de los vehículos. La infraestructura involucra a todos los actores dentro de la ciudad, como el ‘carro de mula’, la bicicleta, la ‘chatarra ambulante’, la ‘carrera de las ambulancias’, el parqueo en mitad de la vía, los nuevos edificios sin suficientes parqueaderos, el retiro del árbol de la mitad de la ruta, etc. Sin dejar de mencionar las políticas públicas sobre el uso de la bicicleta a costa de reducir el tamaño de las vías. No se cuestiona el uso de la bicicleta; al contrario, se aplaude, pero debe planearse mejor.
En Cali, 59 vías se verán afectadas para establecer bicirrutas, y la pregunta que uno se hace es: ¿y por dónde? Cada día se sufre con las emisiones de gases, la ocupación del espacio público, el ruido, la inseguridad, los daños a la infraestructura vial, la congestión… todo lo cual impacta negativamente en la competitividad económica y urbana. “Un trancón de 45 minutos ocasiona 100 galones de combustible perdidos, 802 kg de dióxido de carbono producido y costos operacionales en vehículos comerciales de aproximadamente un millón de pesos” iv. Los costos logísticos se traducen en desventajas competitivas, que ocasionarán que los inversionistas se muevan a otras ciudades con una infraestructura más desarrollada.
Desde el 2013, tanto el BID como la Universidad Autónoma de México (Unam) han dado recomendaciones o tendencias para mejorar la logística urbana; por ejemplo, reducción de inventarios mediante centros de distribución alternativos dentro de las ciudades (cross docking); y mejoras en el servicio al cliente; procesamiento de pedidos por lotes y pulverización en la entrega; procesos y operaciones de logística de retorno más ágiles; innovaciones tecnológicas como el uso de drones; tecnología de vehículos; externalización de operaciones; implementación de plataformas logísticas como trampolín. ¡Qué bueno sería incluir técnicos o especialistas en la materia a la hora de elaborar los POT!
La lista podría ser más larga, pero la realidad es que la tipología (radial o longitudinal) de ciudad tiene una clara incidencia en la estrategia de distribución de la última milla. Al respecto, la mayoría de las ciudades colombianas sitúan sus centros industriales en los extremos, que, sumados a los centros históricos, a los modelos habitacionales y al tamaño del área urbana, determinan el funcionamiento operativo de estos lugares. Si se comparan nuestras urbes con las del resto del mundo, solo Medellín estaría entre las 100 ciudades inteligentes (puesto 96), según un estudio de la IESE Cities in Motion (ICIM), que mide capital humano, cohesión social, economía, gestión pública, gobernanza, medioambiente, movilidad y transporte, planificación urbana, proyección internacional y tecnología.
CIUDADES BAJO EL ESTÁNDAR DOT v
Entender la complejidad de las ciudades, su arquitectura, hábitat, transporte, sostenibilidad, es un reto del día a día para los Gobiernos, las empresas y sus áreas de transporte y distribución. Pero ¿qué han hecho en otras latitudes? Están implementando el Desarrollo Orientado al Transporte (DOT), que se basa en ocho principios del diseño urbano y en uno del uso de la tierra:
Caminar: barrios que promuevan esta actividad física; pedalear: redes de transporte no motorizado; conectar: redes densas de calles; transportar: servicio público de alta calidad; mezclar: uso de suelos mixtos; densificar: capacidad del transporte público; compactar: regiones compactas con viajes cortos; cambiar: aumentar movilidad regulando el uso de estacionamientos, distribución de mercancías y las calles.
En Cali se habilitó un corredor ciclístico cuyo logro fue aumentar la emisión de gases vehiculares, pues al volver más angosta una vía principal, los carros duplicaron su tiempo de permanencia en la ruta por las congestiones. No solo hay que ver la sostenibilidad como algo ambiental; también está lo económico, energético, social, cultural, científico y el desarrollo socialmente justo. Sus dimensiones económica, ambiental y social pueden enmarcarse en lo que podríamos describir como recursos suficientes para todos y cada uno de los habitantes de las ciudades.
Con agrado, y luego de que finalizara la revisión de documentos, la visita a ciudades y la realización de entrevistas, se encontró que la capital de Antioquia viene trabajando desde el 2015 en áreas de intervención estratégicas, como el diseño bioclimático urbano a partir del río Medellín como eje de desarrollo. El diseño bioclimáticovi es la forma de adoptar de manera coherente y razonada el urbanismo, para beneficiar a los peatones y a todo aquello que interactúe con el entorno; es la manera de formar y construir.
INVERTIR EN INFRAESTRUCTURA LOGÍSTICA
Se han logrado avances en materia urbana y de transporte, pero un común denominador es la falta de estudios técnicos en la cadena de suministro y logística de los POT. Algunas de las soluciones podrían ser la construcción de microplataformas logísticas de carga/ descarga en los perímetros urbanos por medio de alianzas mixtas (APP); clasificación de vías; información en tiempo real del estado de las arterias; incentivos a la innovación de vehículos; habilitar zonas de carga y descarga en aceras, y autorizar a los vehículos de transporte de mercancías el uso de los carriles de bus en horario nocturno.
Los costos por ineficiencia en la gestión de la cadena de suministro y logística urbana los pagan todos en las ciudades. Se requiere constante innovación, creatividad para reducir los costos a las empresas, sin descuidar la calidad en el servicio; ideas que creen ciudades inteligentes, educadoras, que mejoren las condiciones de vida en las ciudades evitando congestiones de tráfico, y un mejor aire para respirar.
Fuente: Revistadelogistica.com
@AndresBotero y @JesusAlbertoRamirez , los invitamos a leer esta noticia, la cual será de su interés !!
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