Las mujeres de los países desarrollados que se gradúen en la universidad en 2020 podrían ser la primera generación en lograr la igualdad de género en su vida profesional.
Así se desprende del estudio de Accenture, Getting to Equal 2017, en el que han participado 28.000 personas de 29 países y en el que se analiza la situación en la que se encuentra la brecha salarial a nivel global y por geografías, e identifica una serie de catalizadores que, impulsados por Gobierno y empresas, pueden ayudar a que el cierre de la brecha se acelere.
Estos catalizadores son fluidez digital -forma en la que las personas utilizan las tecnologías digitales para conectarse, aprender y trabajar-, una estrategia profesional que aliente a las mujeres a apuntar alto, tomar decisiones basadas en información previa y gestionar sus carreras de manera proactiva, y una inmersión tecnológica que permita contar con los conocimientos de tecnología y las habilidades digitales suficientes y a la misma altura que los hombres.
Al combinar estos tres elementos entre sí y aplicarlos a las carreras profesionales de las mujeres, la brecha salarial oculta en España, que en la actualidad se sitúa en un 71 %, se reduciría a un 31% en 2030 y desaparecería definitivamente en 2042, esto es, cuando las mujeres que se gradúen en 2020 cuenten con 43 años.
Estas cifras sitúan a España por encima de la media de los países desarrollados, con un 78 % de brecha salarial oculta en la actualidad, que se reduciría al 35 % en 2030 y desaparecería completamente en 2044.
Tiempo necesario para cerrar la brecha salarial
“La fuerza laboral del futuro debe ser equitativa. La brecha salarial es una realidad económica y empresarial que debe importarnos a todos, así que todos debemos tomar conciencia de ello y crear oportunidades para corregirla lo más rápidamente posible”, afirma Juan Pedro Moreno, presidente de Accenture en España, Portugal e Israel.
“Desde Accenture estamos impulsando las carreras STEM a través de mentorización y colaboración con los diferentes agentes públicos y privados porque creemos sinceramente que el futuro digital debe ser igualitario, tanto en oportunidades como en materia salarial”, añade Moreno.
En la investigación de Accenture se pone de relieve que, a nivel global, una mujer gana en la actualidad un promedio de 100 dólares por cada 140 dólares que obtiene un hombre.
Además, como hay menos mujeres en trabajos remunerados que los hombres, lo que se conoce como ‘brecha salarial oculta’, aumenta las desigualdades económicas entre hombres y mujeres: por cada 100 dólares que gana una mujer, a nivel global, un hombre obtiene 258 dólares. Esta brecha salarial oculta pone de manifiesto la necesidad de que más mujeres trabajen para crear un mercado laboral más equilibrado en cuestión de género.
Factores que afectan negativamente a la igualdad salarial
Getting to Equal 2017 también identifica varios factores clave que afectan a la capacidad de la mujer de lograr un salario ecuánime desde la universidad. Las estudiantes de sexo femenino en España son menos propensas que sus homólogos masculinos a elegir un área de estudio que ofrezca un alto potencial de ingresos (13 % frente a 21 %), tener un mentor a lo largo de su carrera (15 % versus 30 %) o aspirar a posiciones de liderazgo (22 % frente a 39 %).
Además, las mujeres jóvenes se demoran en adoptar rápidamente nuevas tecnologías (39 % versus 54 %) y en realizar cursos de programación (63 % frente a 74 %).
«La igualdad de género es un elemento esencial de un lugar de trabajo inclusivo, y esto incluye, evidentemente el salario», ha afirmado Pierre Nanterme, CEO global de Accenture.
«Las empresas, los gobiernos y la universidad tienen que desempeñar un papel importante en el cierre de la brecha. La colaboración entre estas organizaciones es clave para proporcionar las oportunidades, entornos y modelos adecuados para liderar el camino del cambio», ha concluido Nanterme.
Fuente: RRHHpress.com
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