Después de la decisión del Gobierno chino de devaluar la moneda nacional, el yuan, hay un serio debate sobre si las compañías que habían decidido abandonar el país volverían con este incentivo. El impacto de la medida es aparentemente mínimo y los beneficios, como el bajo costo de la mano de obra, no parecen ser suficiente para recuperar la atención de las empresas que ya decidieron mudarse a otros lugares. Sin embargo, esta disposición gubernamental es favorable para la importación y compra de bienes, pues su costo se reduce.
Así pues, el impacto será visible en el comercio doméstico, mucho más que en la fabricación y exportación, pues los precios de los productos nacionales serán considerablemente más bajos que los de los bienes traídos de otros países.
La decisión se tomó como medida de contingencia ante el desplome de la economía china y ante la caída en un 8,3% de las exportaciones durante el mes de Julio. La idea es lograr que los inversionistas vean de nuevo potencial en este dragón. No obstante, los expertos son pesimistas; la opinión general es que las empresas de retail que ya han tomado la decisión de dejar China probablemente no vuelvan y que, en cambio, esta disposición podría ser muy perjudicial para el sector de manufactura.
La importación se verá seriamente afectada, pues estarán en desventaja en la competencia con los precios nacionales y su alcance podría disminuir. Los importadores se encontrarán con más obstáculos para entrar en este gigante mercado asiático. Sólo las empresas que han diversificado su producción y no dependen del comercio en China podrán sobrellevar la aparente crisis fácilmente.
Por ahora sólo queda esperar para ver cuál será la respuesta del mercado ante lo que aún parece un cambio muy pequeño.
Si te interesa el tema y quieres saber más puedes consultar: The Wall Street Journal, El País
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