Más rápido y con más frecuencia las empresas se ven enfrentadas ante cambios de tendencia del mercado. Mantener un balance entre rendimientos financieros, Responsabilidad Social Corporativa, productos diferenciados es algo que significa un reto para muchos sectores. Revisemos el siguiente caso de la industria del huevo en Estados Unidos, donde un consumidor cada vez más exigente y consciente impone nuevas oportunidades comerciales.
A continuación compartimos el documento. Ver Fuente: Yahoo Finanzas
La industria del huevo de EEUU avanza a marcha forzada hacia la producción orgánica
En su empresa de Thompsonville, al norte de Nueva York, Elliot Gibber, de 63 años, asistió a la transformación de la industria del huevo, presionada por consumidores que buscan alimentos más sanos y asociaciones que defienden el bienestar animal.
Doce años después de haber creado su propia empresa, Deb El Food, sobre las ruinas de una granja familiar, Elliot Gibber se dedicó a la distribución de claras de huevo, cada vez más requeridas por los consumidores estadounidenses preocupados por el alto contenido en colesterol de la yema.
El precio de la clara de huevo se multiplicó por más de tres en los últimos meses: una libra (454 gramos), que en enero de 2013 costaba 44 centavos de dólar, se cotizó en mayo en 1,44 dólares.
Lo que desencadenó esta tendencia fue la decisión de las cadenas de comida rápida de incluir sólo claras en sus platos que contengan huevo, dejando de lado la yema.
En abril del año pasado McDonald’s lanzó su sandwich McMuffin, hecho a base de claras, una propuesta imitada por sus competidores Dunkin Donuts y Jack in The Box. «Todo el mundo se puso a hacer lo mismo», señaló Rick Brown, vicepresidente de Urner Barry, una empresa que controla los precios de los productos alimentarios.
Además de la moda de las claras, la industria vive una segunda revolución: la aparición de huevos «especializados», siguiendo la demanda de consumidores preocupados por el bienestar animal.
Bajo esta denominación se incluyen los huevos puestos por gallinas alimentadas con productos surgidos de la agricultura orgánica (sin pesticidas, agentes químicos u organismos genéticamente modificados) y otros por gallinas criadas en libertad.
– Una demanda en crecimiento –
«Tenemos mayor demanda, fundamentalmente de huevos especializados», dijo a la AFP el director financiero del primer productor de huevos de Estados Unidos, Tim Dawson.
Bajo presión de las asociaciones defensoras de los animales, el estado de California aprobó en un referéndum en 2008 una ley que intima a los productores que apilan a sus gallinas en criaderos o las encierran en jaulas a que les mejoren su hábitat para que puedan disponer de espacio suficiente para moverse, abrevar o incluso rascarse.
La norma, que los productores intentaron sin éxito anular vía judicial, entrará en vigor en 2015, y se aplicará también a los productores del estado de Nueva York y a aquellos que venden allí sus huevos.
«Cuanto más toma de conciencia haya, la gente tendrá menos ganas de respaldar a las industrias que recurren a prácticas abusivas», dijo Jennifer Fearing, directora adjunta de la asociación de defensa de los animales Humane Society, en California. Fearing pronostica que la demanda de huevos «especializados» irá en ascenso constante, en detrimento de la de huevos industriales.
Las gallinas criadas al aire libre representaban apenas el 8,1% del mercado en Estados Unidos en agosto pasado, según datos de la American Egg Board, una asociación de promoción del consumo de huevos.
Esta tendencia se inscribe en una más general de auge de la demanda de alimentos «orgánicos». Uno de los últimos en sumarse a ella fue el gigante del sector de la distribución Wal-Mart, que anunció recientemente que dispondrá a la brevedad de una oferta de productos «naturales» a bajo precio.
Para no perder el tren, los productores de huevos están invirtiendo millones de dólares en adaptarse a las nuevas normas.
Es el caso de Cal-Maine Foods, que está construyendo gallineros sin jaulas en el estado sureño de Texas y en Kentucky (centro-este) y expandiendo su sitio biológico en Kansas (centro). En total, la inversión rondará los 100 millones de dólares.
Deb El Food está construyendo a su vez instalaciones para albergar unas 50.000 gallinas ponedoras de huevos ecológicos y centenares de miles que serán criadas en libertad.
Sin embargo, para que la porción de mercado de los huevos «especializados» aumente, su precio debe bajar, dice Marion Nestle, experta en estudios alimentarios y en salud pública de la Universidad de Nueva York.
«Mientras sigan siendo tan caros» no lo lograrán, señaló.
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