La reestructuración de un sistema de recolección de basuras es todo un reto logístico, donde el tiempo, la participación ciudadana, la correcta inclusión de los recicladores y una armonía institucional determinarán si la apuesta del burgomaestre fue la decisión correcta.
Basura Cero es por su naturaleza el mayor proyecto ambiental de la administración de Gustavo Petro, infortunadamente lo prometido para el 18 de diciembre por el alcalde no fue lo conseguido. Fueron varios los errores de organización y logísticos que evidenciaron la falta de preparación, y más si se toma en cuenta que Bogotá produce un promedio de 7200 toneladas de residuos sólidos diarios y se estima que solo se reciclan el 16% de estos.
Inicialmente el alcalde tuvo como fundamento para la reestructuración del sistema el Auto de Seguimiento 275 del 2011 de la Corte Constitucional, para la correcta inclusión de los recicladores de oficio, y, adicionalmente, cuestionó los 636 puntos críticos de residuos que la ciudad tenía. Fue así como la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), y posteriormente Aguas de Bogotá S. A. ESP, entra en escena como el nuevo operador público del servicio de aseo.
Para poder comprender mejor este tema es necesario recordar que los servicios públicos son responsabilidad directa del Estado, así lo estipula el Artículo 365 de la Constitución del 91: “Los servicios públicos son inherentes a la finalidad social del Estado”, asimismo aclara que “los servicios públicos estarán sometidos al régimen jurídico que fije la ley, podrán ser prestados por el Estado, directa o indirectamente, por comunidades organizadas, o por particulares. En todo caso, el Estado mantendrá la regulación, el control y la vigilancia de dichos servicios”.
Por ello el Estado debe tomar las decisiones encaminadas a garantizar la prestación del servicio, más allá de si este pudiera ser prestado por un operador público o privado. Para el caso particular de Bogotá, se trata del Plan Maestro Integral de Residuos Sólidos bajo el marco del Decreto 1713 de 2002, y soportado en el Plan de Desarrollo y al Plan de Ordenamiento Territorial (POT).
Revista de Logística ha consultado a expertos y entrevistado a algunos de los protagonistas para saber cuál es la complejidad en la recolección de residuos y llegar a alcanzar el ideal de Basura Cero.
¿Cómo funciona la logística de las basuras?
Los bogotanos llevan más de 100 años debatiendo sobre cuál es el sistema óptimo para la recolección de basuras. Donde antes eran vehículos de tracción animal y la tarifa del aseo era voluntaria, hoy se ha avanzado hasta un contrato que incluye no solo la colecta puerta a puerta de los residuos, sino comprender el concepto de “Área Limpia” y el pago de una tarifa fija; posteriormente se crea la Ley 142 de 1994 de servicios públicos domiciliarios. Allí están inscritas las formas en que el Estado debe asegurar los servicios públicos: libre competencia, áreas de servicios exclusivos (ASE), tarifas, regulación, protección de recursos, entre otros aspectos.
Generalmente, las grandes ciudades optan por entregar la operación a empresas privadas que contratan por licitación pública, en la que participan empresas prestadoras (tanto públicas como privadas) que puedan cumplir con todo lo que exige el pliego de condiciones para el manejo de los residuos, ganar el contrato y convertirse en el operador de aseo. Dicha licitación define las condiciones del servicio que deben ofrecer los operadores: establece los parámetros de experiencia, capacidad de operación, tipo de carros, la organización, logística, políticas ambientales, compromisos, costos, presupuesto y sanciones, entre otras.
La recolección de basuras exige unos costos muy altos y unos equipos sofisticados que no pueden ser adquiridos por cualquier empresa, entonces ahí ya hay una exigencia para poder entrar en competencia o licitación; así mismo, para poder abrir a licitación el Estado se apoya en estudios previos para justificar tanto la decisión como el diseño del sistema integral de aseo a operar. Diego Cabrera, magíster en Administración y catedrático en la Especialización en Gerencia de Gobierno y Gestión Pública de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, aclara que “la administración o cualquier otro ente que quiera abordar un proyecto debe tener estudios sobre cada uno de los componentes del sistema como tal. En el caso de la recolección de basuras en Bogotá tendría que haberse hablado de barrios, rutas, instrumentos, horarios, cantidad de basuras que se desechan diariamente, momentos, actores, vías de acceso y sin dejar de lado obviamente cada una de las idiosincrasias de cada uno de los sectores de la ciudad, que son muy diferentes en cuanto a la forma en que recopilan o reúnen toda su basura”, y si a esto se le suma que son 20 localidades, es fundamental comprender correctamente las dinámicas que cada una de ellas maneja.
En Colombia varía el pliego de peticiones para las empresas que licitan según el lugar y el tipo de necesidades de la población. Sin embargo, existen parámetros generales en las que casi todas las licitaciones coinciden y sobre los cuales cada operador organiza su logística y estructura:
- Presentar un plan con las macrorrutas (Localidades) y microrrutas (Barrios).
- El horario de la recolección se determinará teniendo en cuenta las características de la zona asignada, el tipo de actividad, la afluencia de público, el inicio de actividades, las dificultades generadas por el tráfico vehicular o tránsito peatonal o cualquier otro factor que pueda tener influencia en la prestación del servicio.
- Todo operador debe contar con un sistema de supervisión o control satelital que permita garantizar que el servicio se está desarrollando correctamente.
- Fechas del barrido, la limpieza de las calles y poda de césped.
- Los vehículos destinados a la recolección de residuos no aprovechables deberán poseer un sistema de estanqueidad óptimo, de forma que se evite la fuga de lixiviados (líquido contaminante que produce la acumulación de basuras), especialmente en el momento de la compactación.
Entre más clara sea la licitación en cuanto a continuidad, cobertura, cumplimiento, sanciones, normas y leyes, será más fácil ejercer un control estricto sobre los operadores, pues la responsabilidad y control de la higiene distrital o municipal recae en el Estado; en el caso de Bogotá sería la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP) cuyo objetivo es garantizar la prestación, coordinación, supervisión y control de los servicios de recolección, transporte y disposición final, reciclaje y aprovechamiento de residuos sólidos, la limpieza de vías y áreas públicas. Si algún operador incumple a las obligaciones contractuales como concesionario se sanciona por la UAESP. En efecto el contrato entre un operador privado de aseo y el Estado se rige por las reglas y principios de los contratos de las entidades estatales, inscritas en la Ley 80 y subsiguientes.
¿Público o privado?
Bogotá fue uno de los primeros lugares donde se privatizó la recolección de las basuras y se dio acceso a actores privados para que entraran a operar junto con la Empresa Distrital de Servicios Públicos (EDIS).
La EDIS, desaparecida en 1993, sigue siendo un recuerdo oscuro en la historia de los servicios públicos por la mala administración, la paulatina decadencia de su situación financiera, además de varios casos de corrupción que dieron como resultado un deterioro del servicio. Ahora, con las enseñanzas del pasado, Aguas de Bogotá S. A. ESP, filial de la EAAB, será la empresa encargada de operar junto con los operarios privados (Lime, Aseo Capital, Atesa, Ciudad Limpia), el aseo de la ciudad durante este año, durante el cual y de manera progresiva el operador público tomará el control del 52% de la operación.
Todo seguirá de este modo entre tanto no se aprueben las 12 Áreas de Servicio Exclusivo (ASE) por parte de la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA). Esta entidad está facultada por la Ley 142 de 1994 en su Artículo 40, para “verifica[r] la existencia de los motivos que permiten la inclusión de áreas de servicio exclusivo en los contratos; definirá los lineamientos generales y las condiciones a las cuales deben someterse ellos; y, antes de que se abra una licitación que incluya estas cláusulas dentro de los contratos propuestos”. Sin embargo, la propuesta para las 12 ASE ha sido devuelta en varias ocasiones desde la CRA a la UAESP, y esto tanto en el periodo de la alcaldía de Samuel Moreno, como en el de Gustavo Petro.
“Tiene que haber una justificación para que entre otro competidor, sea público o privado. Se tendría que mirar las condiciones del mercado, precios, negligencia en la prestación del servicio, y sobre esa base decidir (…). Este tipo de reestructuraciones no son menores. Claramente debieron haberse pensado un poco más gradualmente las cosas y dar más espacio, primero a la negociación con los privados y segundo, si lo público se iba introducir, pensar bien cómo se crea todo ese andamiaje institucional nuevo y organizacional que se requiere para que el Distrito empiece a recoger basuras y lo haga bien, porque ya hay unos estándares definidos por los privados”, aclara Pablo Sanabria, PhD en Administración Pública y Política.
Otro aspecto importante es que el servicio de recolección de residuos, según la UAESP, se estima en 320 mil millones de pesos al año, y si adicionalmente se tiene en cuenta que deja una ganancia entre el 30% y 40%, es claro el interés del sector privado por seguir adentro. “El sector privado tiene un objetivo claro y es ser rentable, es generar recursos. En el sector público ese objetivo no es tan claro, este posee múltiples objetivos. Su principal objetivo a veces no es ser más rentable”, agrega Sanabria.
Aguas de Bogotá S. A. ESP, el operador público, ha tenido varios tropiezos desde sus primeros días, si bien su llegada permite la reorganización de este mercado, el problema ha radicado en el corto tiempo que tuvo para prepararse y no contar con una flota de camiones óptima para la recolección. “El tiempo para planearlo y diseñarlo adecuadamente se tuvo. Cuando hay un convencimiento de una decisión política, se debe planear y se debe contar con el tiempo para poder desarrollar adecuadamente y responsablemente, en términos sociales, un proyecto como estos. Si esto no se ve como un proceso que surge de un momento a otro sino se concibe como un proyecto que hace parte del programa de gobierno del Distrito, muy seguramente cumple con todas las fases y cumple con todos los requisitos”, añade Celso Melo, coordinador académico de la Especialización en Gerencia de Gobierno y Gestión Pública de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.
La apuesta en la logística pública en basura cero: la ciudadanía
Es cierto que cada día son más las personas que llegan a vivir a Bogotá y con ellas el aumento en la cantidad de residuos que potencialmente terminarán en el relleno sanitario. Si se tiene en cuenta que queda poco menos de un año útil del relleno sanitario Doña Juana y que solo se recicla el 16% de los residuos, la necesidad de generar conciencia y rutas de reciclaje es una prioridad.
Basura Cero es un concepto ya globalizado desde hace más de 15 años y que progresivamente ha tomado fuerza. Básicamente se elimina todo lo que no se puede recuperar y lo que sí es recuperable se regresa a la industria. La base de todo está en la campaña de pedagogía y posibles incentivos para los usuarios. Nohra Padilla, una de las líderes de recicladores más reconocidas, añade que “lo primero que está bien es que una administración se proponga un esquema de basura cero. Eso ya es una ganancia. Esto no va pasar de la noche a la mañana porque la decisión de separar en la fuente y de tener un mejor sistema pasa no por la cabeza del alcalde ni por un plan de este, sino por la cabeza de 8 millones de habitantes en el caso de Bogotá”.
Revista Logística tuvo la oportunidad de entrevistar a la directora de la UAESP, la doctora Nelly Mogollón, quien es una de las encargadas de liderar este proyecto y una pieza clave en la logística que quiere implementar este nuevo sistema de recolección de residuos.
¿En qué se diferencia la logística pública para el caso de la recolección de basuras?
Desde esa perspectiva la diferencia es que los equipos de logística e infraestructura y equipamiento básicamente están en manos del Estado distrital, en el otro caso están en las manos de los privados.
¿Qué ventajas trae?
Lo que yo he aprendido en este proceso es que la garantía en la prestación en el servicio de manera ininterrumpida es total. Mientras que por las experiencias que hemos vivido, especialmente aquellas de los días anteriores al 18 de diciembre, es que los privados tenían la posibilidad de hacer más lenta la ruta o dejar cierta cantidad de residuos sólidos en la ciudad, y en ese sentido sí es clave que si la infraestructura le corresponde al Distrito, este siempre los va tener disponibles (el servicio de recolección de residuos sólidos).
Los Bogotanos aún tienen el recuerdo de la EDIS. ¿Qué garantiza que ese escenario no se va a repetir?
Ha sido una constante tratar de vincular el nuevo proyecto con lo que fue la EDIS. La EDIS por supuesto dejó bastante memoria de ineficiencia en la ciudad, sin embargo, hoy en día pensar en un proyecto de un servicio prestado por el Estado tiene que concebirse desde la perspectiva de un servicio eficiente y eficaz. Esto quiere decir que en el mediano y largo plazo las tarifas deben ser inferiores, la calidad del servicio mejor y obviamente uno de los aspectos que se tuvieron en cuenta en esa decisión fue el hecho de que quien operara el servicio desde la EAAB no fuera la misma infraestructura del Acueducto sino una entidad que tuviera una naturaleza de mayor eficiencia, y por eso ellos decidieron contratar con Aguas de Bogotá, para que la carga laboral y los mecanismos de vinculación y de prestación de servicios fueran más eficientes.
¿Cuáles fueron los factores que no permitieron iniciar correctamente la logística el 18 de diciembre?
La deficiencia más profunda con relación a la prestación del servicio fue no haber podido disponer de la flota adecuada para prestar el servicio.
¿Cómo está organizada la logística que piensa implementar el operador público? ¿va a ser igual al operador privado?
Tiene que alcanzar los niveles de eficiencia de los privados, está en un proceso de aprendizaje. Una diferencia muy fuerte entre lo que está haciendo el operador público y el privado se encuentra en el tema relacionado con las microrrutas. En la medida en que Aguas de Bogotá logré tener mayor conocimiento de su propia operación, esta va a mejorar no solo en términos de la operación propiamente dicha, sino en términos de la eficiencia, en manejo de recursos y la cobertura que pueda tener en las nuevas rutas que asuma.
¿Cómo va la inclusión de la población recicladora?
Un aspecto importante a tener en cuenta es que estamos en un proceso de transición. Hemos adelantado varios pilotos que nos han permitido ir avanzando poco a poco en el proceso. Se hicieron algunos acuerdos con algunas bodegas para realizar el ejercicio del pesaje y todo esto bajo lo contemplado en el Decreto 564 del 10 de diciembre, que fue el que legalmente incorporó a los recicladores en el modelo de aseo para la ciudad.
¿La sentencia T-291 del 2009 está siendo tenida en cuenta?
La alcaldía y la UAESP están siendo bastante ambiciosas en el deseo de llevar a cabo el Auto 275, incluso yendo más allá de lo que pide. El tema del emprendimiento y fortalecimiento empresarial son temas que no son fáciles de llevar a cabo y dependen en gran medida de la capacidad que tengan las organizaciones, y yo diría que también de las fortalezas que encontremos en las diferentes instituciones para encubar esos negocios de recicladores y que se conviertan en realidad. Sin embargo, es claro en el Auto que esto es un proceso progresivo y temporal (…) lo importante es que sea una política a largo plazo, porque si no puede ser que retroceda o que no se logre consolidar la incorporación real, las acciones afirmativas que lleven a esa población una inclusión definitiva y no temporal.
¿Si los bodegueros no están incluidos en las sentencias y los autos, por qué hacen parte del ciclo?
Los bodegueros no están incluidos, el Auto es específico en decir que la inclusión social se dará sobre la población más vulnerable que participa en este proceso. Los bodegueros evolucionarán o podrán mantenerse ahí, puesto que son negocios de transformación o negocios, digamos, de intermediación en los cambios de transformación, pero el Auto es claro y contundente en la no incorporación de los bodegueros. Hay algunos recicladores que han pasado a ser bodegueros, pero el beneficio que van a tener los bodegueros, porque obviamente sí se benefician de manera indirecta en este proceso, y es que al tener mayor cantidad de reciclaje en la ciudad y al tener reciclaje de mejor calidad, ellos van a tener un mercado más diversificado de productos y la posibilidad, si ellos son transformadores, de contar con materia prima abundante.
¿Cómo va la aprobación de las 12 áreas de servicio exclusivo ante la CRA?
Estamos en ese proceso. Recientemente nos devolvieron la solicitud, no tanto por el fondo sino por la forma. Estamos corrigiendo para devolver esa solicitud, ya que es una de las condiciones que se nos exige para poder empezar el proceso de la licitación.
La inclusión de los recicladores: unos que no y otros que sí
Papel, metal, plástico y vidrio han sido el sustento de miles de familias que viven del reciclaje en el país. Bogotá cuenta hoy con 14.415 recicladores, según la UAESP, que recogen las 1200 toneladas diarias que no lleguen al relleno, solo que ahora cuentan con un amparo constitucional que les da exclusividad para la recolección, el transporte y el aprovechamiento de los residuos reciclables.
Todo esto gracias a que paulatinamente los recicladores se han organizado en agrupaciones que han conseguido, junto con abogados que donaron su trabajo, ganar el derecho a ser parte de las licitaciones de aseo y también poder conseguir recursos para que ellos sean los nuevos operadores de la recolección domiciliaria de residuos reciclables y el pago mediante tarifa del aseo, entre otros aspectos.
Si bien es cierto que la Corte Constitucional dio luz verde al nuevo modelo de aseo que planteó la UAESP, en relación a la inclusión de los recicladores, Revista de Logística ha podido entrevistar a dos de las personas que llevan más de 10 años litigando y liderando este proceso, para así poder comprender los alcances del Auto de Seguimiento 275 del 2011 y a las Sentencias T-724 del 2003 y la T-291 del 2009.
Nohra Padilla, dirigente de la ARB
Nohra Padilla, líder del gremio de recicladores de la ciudad y dirigente de la Asociación de Recicladores de Bogotá (ARB), que agrupa a más de 2500 de ellos.
¿Cuál ha sido la diferencia para la operación de los recicladores antes y después del 18 de diciembre?
Para los recicladores el beneficio es que desde el mismo 18 hay una posibilidad de remuneración en la medida en que los recicladores y las bodegas puedan reportar los materiales que están recogiendo los recicladores, eso es realmente novedoso, porque sin un esquema estrafalario, técnico, moderno con equipos y demás, los recicladores que hoy hacen un trabajo igual a los operadores del aseo, que tienen máquinas compactadoras y todo lo demás, van a poder recibir una remuneración del mismo valor al que le pagan por kilo a los operadores del aseo.
¿Cómo están organizadas las asociaciones de recicladores?
La operación de los recicladores es en toda la ciudad. Los recicladores tienen 80 años en el oficio, durante ese tiempo la gente ha tenido la oportunidad de conquistar zonas desde pequeños, ¿quién se las asignó? Nadie. Lo diferente es que ellos no van por la calle, ellos ya tienen fuentes (conjuntos, empresas, entre otros).
¿Cómo ve la ARB el decreto 564 de 2012 para el pago a recicladores?
Esos son de los cambios que parecen importantes, porque todo el mundo le ponía “peros” a remunerar a los recicladores.
Hay 14 mil recicladores censados. ¿están estos realmente organizados para la recolección del material reciclable?
No es que estén formalizados y agrupados. El 30% de los recicladores está organizado, de ellos un 50% está más o menos bien organizado.
¿Cómo garantizar que todos los recicladores de oficio participen del proyecto?
El desarrollo del reciclaje se debe a los recicladores y estos en un 70% no se han agremiado, y no lo habían hecho porque no veían el peligro que se cernía sobre su oficio. Es decir, era un oficio al que nadie le había puesto cuidado, pero ya con la entrada de los operadores privados se ha demostrado que sí hay alguien que quiere tomar esta ruta. ¿Quiénes defendieron el oficio?, los que sí estaban organizados, defendiéndolo para todos. El Auto dice que la totalidad de los recicladores deberían estar incluidos, pero incluidos no en una empresa; incluidos es que si yo quiero formar parte de una empresa, yo pueda seguir en mi zona, eso es estar incluido. Que si yo no quiero venderle a una asociación sino a un bodeguero que me presta plata, que me regala al final de año una ancheta, o que me regala de vez en cuando parte de la droga que me recetaron, lo que sea, eso es estar incluido.
El Auto no dice que tienen que incluirlos a todos en una empresa. Hacer empresa es muy difícil y si a la gente no se le ayuda a preparar, las empresas quedan en manos de corruptos o con gente que no tenía nada que ver con el oficio.
Pero el auto 275 del 2011 exige que ustedes deban estar constituidos como empresarios…
Sí y no. El Auto dice que la administración estudie cómo hacerlo, y una de las muchas formas que puede haber es a través de organizaciones autorizadas que estén también dentro del esquema de ley. Y también dice “y mire a ver si puede regular el mercado”, regular el mercado del reciclaje va a ser difícil. ¿Será que el alcalde de Bogotá se va poder a regular precios del mercado en la capital? Le queda muy difícil.
¿Existe una coordinación entre aguas de bogotá y los recicladores?
No tendría por qué, puesto que ellos están encargados de la porción que nosotros no hacemos. Ellos deben, como operadores de aseo, definir unas frecuencias y unas rutas, para que los recicladores sepan a qué atenerse y adaptarse. Aguas de Bogotá no tiene por qué hacer el trabajo por nuestras rutas, nuestras frecuencias o horarios, ellos tienen que fijar sus propias rutas, horarios y frecuencias, y nosotros como recicladores tendremos, si queremos recoger material, adaptarnos a eso.
Adriana Ruiz-RestrePo, abogada y directora de la fundación CIVISOL
Inicialmente Adriana Ruiz-Restrepo, y luego desde la Fundación CIVISOL, litigó por más de 10 años Pro bono a favor de los recicladores informales, de oficio y en pobreza ante la Corte Constitucional y haciendo equipo con ellos logró que la Sentencia T-724 de 2003 los incluyera en la contratación de aseo y que la T-291 del 2009 completara la inclusión de un modo empresarial y autónomo.
¿Cómo fue pensada y sustentada ante la Corte la inclusión de los recicladores?
Fue gracias a la argumentación desde la pobreza, informalidad y abordando la privatización con enfoque de Derechos Humanos y el Estado Social de Derecho, lo que permitió conseguir poco a poco, desde el año 2002, que los recicladores pudieran competir en las licitaciones para el servicio de aseo. Sin embargo, cuando la Corte resuelve con ese sentido en la Sentencia T-724 del 2003, ya la licitación se había cerrado y los contratos adjudicados a los operadores. En esta sentencia se pide que se incluya en la contratación del aseo, pero para ese entonces no precisamos a la Corte ni tampoco esta dijo cómo sería la inclusión. Posteriormente CIvISOL se cruza con un caso similar en Cali y con ocasión del cierre del relleno de Navarro y el lanzamiento de más de mil recicladores que allí vivan y trabajaban con sus hijos. A partir de este se logra ganar y proteger el reciclaje de Cali y Colombia como nicho de subsistencia para los recicladores en pobreza, creándose así la Sentencia T-291 en el 2009, en donde básicamente la Corte empodera a los recicladores y ordena que se cree el reciclaje formal municipal como ruta de servicio público domiciliario y que la operación sea realizada por recicladores de oficio. Es decir que no son tercerizados en cooperativas de la industria o sus bodegueros.
¿Está la sentencia T-291 en la inclusión de los recicladores de Bogotá?
La Sentencia T-291 es la que Petro ha optado por ignorar, y algunos de los líderes de los recicladores de Bogotá tratan que no se aplique tampoco. Alertamos sobre esto y la crisis sanitaria, pero no muchos quieren leer y entender sino reaccionar o acomodar el fallo a sus intereses políticos o corporativos. No es solo la T-724, o el Auto de seguimiento, eso es el 30% de lo que pasó. Donde está todo el contenido de la formalización del reciclaje para la inclusión empresarial de los recicladores es en la T-291. Lo que pasa es que la fuerza de la economía informal de la materia prima es tan barata y tan grande que lleva a que convenientemente no se implemente.
¿Cree que la alcaldía cuenta con los estudios pertinentes para nuevos sistemas de aseo?
Para nada. Ni siquiera me contestaron el derecho de petición, inclusive firmando conjuntamente con la veedora distrital, Adriana Córdoba. Que haya algún estudio, seguramente, pero que sea pertinente e insumo para el rediseño del sistema integral de aseo de la ciudad y la nueva ruta distrital de reciclaje, no creo. A mí me parece muy bien que se acabe la privatización, si se sabe y concluye justificada y públicamente el por qué es que se debe acabar esa privatización en el Distrito.
¿Cómo organizar a los recicladores para convertirlos en empresarios?
Eso se llama economía solidaria, esta funciona diferente a la economía de capital. En la solidaria se es dueño y empresario al tiempo. Todos los recicladores son al mismo tiempo la mano de obra y los dueños de la operación empresarial y el capital. Para impedir cooptación la dirección es rotativa y se gobierna por todos conjuntamente en asamblea. Acá hay una logística en lo social donde puedan caber, estar y prosperar todos. Eso es logística y derechos humanos para propósitos de innovación social.
¿Hay futuro para una segunda ruta del reciclaje de Bogotá?
El futuro de la segunda ruta en Bogotá como lo avanzamos y lo ordenó la Corte ya no existe. Lo que hay ahorita es nada, sencillamente no hay inclusión. No hay sistema integral, no hay ruta puerta a puerta, todo sigue exactamente igual, solo que recubierto con un manto de aparente legalidad que le quieren dar el alcalde y algunos recicladores. Pero los recicladores siguen igual y creciendo, ya vamos dizque en 15 mil. Los intermediarios de la industria siguen igual, son 1500 bodegueros que los recicladores y Petro formalizaron, pero todo desregulado y sin ruta, sin servicio, los recicladores siguen igual; la materia prima sigue barata por que los recicladores renunciaron a sus derechos frente a bodegueros e industria, trabajo sin organización y reciclaje sin logística. Entonces la industria sigue comprando materia barata, los bodegueros siguen acopiando, pesando y pagando igual, los recicladores siguen rebuscándose la vida igual, todo sigue igual.
Fuente: Revistalogistica.com
@JorgeEnriqueJimenez y @JairoAlbertoLondono , los invitamos a leer esta noticia, la cual será de su interés !!
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