Guo Guangchang, presidente del conglomerado Fosun International con sede en Shanghái, conocido como el Warren Buffet de China, escribió estas palabras el año pasado: ‘Cómo ser rico en China sin acabar en la cárcel’.
El ejecutivo acaba de ser liberado por las autoridades en China después de cuatro días de “asistir” a la policía en una investigación sobre ¿quién sabe? Nadie sabe dónde estaba o por qué lo dejaron ir (o de qué se trataba el asunto). Parece que el Gobierno encontró una manera de “molestarlo” después de todo.
Todos sabemos que la riqueza en China puede ser nociva para la salud. Pero Guo, el modesto presidente y cofundador de una de las compañías más importantes en China, pensó que tenía el antídoto secreto: vivir correctamente. Es conocido por su actitud de mantenerse cerca de la política y lejos de los políticos. Practica el arte marcial de taichi, aún durante reuniones de negocios. Es creyente devoto de las virtudes de la filosofía oriental. Pero aparentemente vivir “correctamente” no fue suficiente.
Es verdad que la policía no ha levantado cargos en su contra y no está claro si en realidad él era el blanco de la investigación, o si solamente estaba testificando en contra de otra persona. Los ejecutivos de Fosun tuvieron una conferencia de prensa el domingo en la cual no presentaron información clara sobre el asunto. Sin embargo, Fosun después compartió con algunos socios extranjeros que él no era el blanco y que solo fue un asunto “político”, como si eso fuera un gran consuelo en China.
La policía de Shanghái no ha contestado el teléfono en varios días, así que no hay riesgo de que aclaren la situación. Algunos reportajes sobre el episodio han desaparecido de los medios de comunicación locales y las transcripciones de la conferencia de prensa de Fosun han sido eliminadas de algunos sitios web. Tal vez el Gobierno piensa que todos nos olvidaremos que uno de los ejecutivos chinos más ricos y reconocidos internacionalmente desapareció durante cuatro días y nadie sabe por qué. Tal vez quieren esconder toda la evidencia de que ellos fueron los que lo “desaparecieron”.
Tal vez todo siga bien para Guo. Sin embargo, estos no son los titulares con los que quiere estar asociado, y ciertamente no en el momento en que él está en medio de adquisiciones de una compañía de seguros en Israel y un banco privado alemán y también en negociaciones para adquirir a BHF Kleinwort Benson, uno de los bancos de renombre en la City de Londres. Si el hombre, cuya compañía es propietaria de Club Med y vastas extensiones de terreno en el centro de Shanghái, y ni hablar de uno de los edificios más famosos en Nueva York , no está seguro en China, ¿entonces cuál de los ejecutivos chinos podrá sentirse seguro? ¿Es posible que algún día leamos titulares anunciando la desaparición de Jack Ma de Alibaba, tal vez en el South China Morning Post, el periódico que está a punto de comprar?
“Si esto sucediera en cualquier otra parte del mundo, Guo estaría en frente de las cámaras denunciando este asunto”, dijo Fraser Howie, coautor de Red Capitalism. “Pero esto es China. Se va a quedar callado”.
Normalmente no es tan reticente. Hace un año almorcé con Guo, y nunca pensé que casi un año después, estaría escribiendo sobre su desaparición. Debí haberlo sabido. Una alarmante alta proporción de los ejecutivos que he entrevistado en China ya no están libres para contestar preguntas. La detención de Guo tal vez tenga todo o nada que ver con esto. Tal vez no haya tenido nada que ver con Guo. Pero el mensaje es muy dañino, para él, para su compañía y para China. El Gobierno te puede “molestar”. Por más que intentes vivir correctamente.
CADA DÍA SON MÁS LOS CASOS DE PRESIDENTES ARRESTADOS Y ENCARCELADOS
Mi entrevista inicial con un alto ejecutivo chino fue en 2008, cuando un equipo del Financial Times habló con Huang Guangyu, un magnate de electrodomésticos, quien en ese momento era el hombre más rico en China.
Poco después de la entrevista, fue arrestado y ha estado en la cárcel desde ese momento.
Luego está el caso de Wang Zongnan, director de Bright Food, la compañía que compró Weetabix y que intentó adquirir a Yoplait y United Biscuits.
Lo entrevistamos en 2011. Ahora ha sido condenado a 18 años de encarcelamiento por soborno y malversación. Y Guo estaba vinculado a él en las transcripciones de la corte.
Fuente: Portafolio
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