“La educación inclusiva consiste en que todas las personas de una determinada comunidad aprendan juntas, independientemente de su origen, sus condiciones personales, sociales o culturales, incluso de cualquier problema de aprendizaje o discapacidad”, afirma Alexandra Velandia, subdirectora nacional de orientación y permanencia estudiantil de la Fundación Universitaria del Área Andina.
Como ella opinan otros profesionales, y desde la academia han empezado a promover espacios y generar acciones concretas que abran las puertas de la inclusión, no sólo a personas que presentan alguna discapacidad física sino para las diversas etnias, culturas y la comunidad LGBTI. Es cuestión de hacer realmente efectivos los derechos a la educación, a la igualdad de oportunidades y a la participación.
El aprendizaje con las personas en condición de discapacidad se basa en el principio de que cada uno tiene características, potencias, intereses y necesidades de aprendizaje diferenciales, no solamente pensadas desde la condición de discapacidad física, cognitiva o sensorial, sino también las limitaciones que generan las condiciones económicas y psicosociales (étnicas, raciales, entre otras), que al ser identificadas requieren adaptaciones en los diseños curriculares que permitan a los estudiantes aprender de manera autónoma y acorde a sus posibilidades.
Pontificia Universidad Javeriana
Paula Alejandra Beltrán, coordinadora del Programa de Inclusión y Diversidad, cuenta que este proyecto existe desde hace cuatro años y no se dedica exclusivamente a temas de discapacidad, sino que desarrolla sus acciones a través de tres proyectos.
El primero tiene que ver con la promoción de una cultura incluyente, de tener un sentido de apropiación de la diversidad. El segundo proyecto es el de formación. Aquí se encargan de capacitar y formar a profesores, administrativos y estudiantes en diferentes temas de inclusión educativa. Y el tercer proyecto es de acompañamiento y orientación. Mucho más individualizado, responde a acompañar tanto a las unidades académicas como administrativas para la inclusión de diversas poblaciones.
Para Beltrán, el panorama nacional no es sólo un tema de percepción sino de acciones concretas: “Cada vez hay más instituciones abriendo sus puertas a estos temas y más interés por parte del Ministerio de Educación en brindar indicaciones para hacerlo bien”.
Fundación Universitaria del Área Andina
Desde su creación, Áreandina ha decidido dar un paso adelante para fortalecer el enfoque de inclusión, abriendo sus puertas y brindando oportunidad a todas las personas que deseen hacer parte de una educación pluralista y de calidad, que garantice el derecho a participar en todos los procesos y condiciones académicas.
En esa línea, la institución se caracteriza por acoger no sólo a estudiantes y docentes con amplia diversidad cultural, étnica y racial, provenientes de distintas regiones de Colombia y del mundo, sino además en condición de discapacidad (física o motora, sensorial, intelectual o mental). Como consecuencia, ha logrado crear y posicionar espacios de encuentros socioculturales, académicos y simbólicos, con el fin de enriquecer su mirada global del mundo y contribuir a la formación de los estudiantes como sujetos políticos.
“Contamos con un proceso de admisión en el que a través de diferentes instrumentos y acciones (formulario de inscripción, entrevista inicial, pruebas psicotécnicas, encuesta de caracterización de la población, entre otras) se obtiene información valiosa que permite diseñar estrategias de acompañamiento y seguimiento y planes administrativos y curriculares que den vida en las aulas y en todo el ambiente institucional”, cuenta Alexandra Velandia, subdirectora nacional de orientación y permanencia estudiantil de la Fundación Universitaria del Área Andina.
Universidad Sergio Arboleda
Durante el pasado mes de mayo se llevó a cabo, en Bogotá, el Primer Encuentro Nacional por la Inclusión Educativa del Instituto Nacional para Ciegos (Inci). A lo largo de la ceremonia se destacó el trabajo que han hecho desde la academia universidades como la Sergio Arboleda. “Esta es la única institución de educación superior que ofrece becas para las personas que tienen alguna discapacidad y este es el aporte más importante que puede hacer”, destacó el director del Inci, Carlos Parra.
Este esfuerzo se suma a los diversos proyectos de inclusión que ha realizado la universidad, siendo así la única institución con programas de posgrado con énfasis para personas con discapacidad auditiva, como la Especialización en Educación y las maestrías en Educación y en Educación para los Derechos Humanos.
“En la universidad tenemos la posibilidad de contar con intérpretes de señas para cada una de nuestras clases, metodologías activas inclusivas y la constante actualización docente para mejorar nuestro trabajo”, detalló Juan Sebastián Perilla, decano de la Escuela de Educación.
Fuente: ElEspectador.com
@MiguelBecerra y @MaribelVelez , los invitamos a leer esta noticia, la cual será de su interés !!
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