En los últimos 14 años, unos 91.000 millonarios chinos se radicaron en el extranjero. Con la desaceleración económica de los dos últimos años esta tendencia se ha intensificado.
Una investigación de Barclays y Ledbury sobre millonarios en todo el mundo, halló queentre los chinos un 47% planeaba emigrar en los próximos cinco años.
Una organización con sede en Shanghai, Hurun, dedicada al estudio de la conducta de este segmento social chino, halló en una reciente encuesta que más de las dos terceras partes de los encuestados planeaban dejar el país.
Rupert Hoogewerf, también conocido por su nombre chino, Hu Run, es el director ejecutivo de la compañía y explicó a la BBC las principales razones de este éxodo.
«Estamos ante una tendencia universal, sea en América Latina, Londres o China. En China responde a un intento de diversificar los riesgos. La escolaridad de los hijos, la contaminación y la alimentación son factores muy importantes. También la seguridad financiera», indicó Hoogewerf.
Los «fuerdai»
Hay más de un millón de millonarios que acumulan una riqueza conjunta superior a los US$20.000 millones. En lo más alto de la pirámide están los billonarios que, según un informe del banco UBS y la consultora internacional PricewaterhouseCoopers, surgen a un ritmo de uno por semana.
Los temas que preocupan a tantos billones juntos no parecen muy diferentes a los que desvelan al resto de la sociedad.
Cambia la capacidad de tratarlos con una dosis considerable de dinero.
«Hay una percepción en China de que la calidad educativa está muy por debajo de la que ofrecen países como Estados Unidos o el Reino Unido. La movilidad del dinero soluciona este tema con la emigración», sostiene Hoogewerf. Estos hijos de los multimillonarios tienen un sustantivo propio en chino. Los llaman «fuerdai» («la segunda generación de millonarios») y se mueven con soltura en las universidades estadounidenses o británicas (Harvard, Oxford y Cambridge son las favoritas). El Reino Unido es el destino más popular seguido muy de cerca por Estados Unidos. En otro destino muy popular, Vancouver, las universitarias chinas no solo exhiben coches de lujo y gigantescasa casas en barrios exclusivos sino que tienen un reality show que se llama, «The Ultra Rich Asian Girls of Vancouver».
El aire y la comida
Una imagen vale mil palabras. Las fotos de un Pekín envuelto por el smog producen una asfixia casi similar a la que se experimenta en sus calles.
En diciembre del año pasado, la capital declaró el primer alerta rojo que llevó a limitar el uso de los vehículos y suspender el funcionamiento de algunas fábricas.
El alerta rojo es otra señal de que el gobierno está tomando cartas en el asunto pero, segun los críticos, en la permanente lucha entre crecimiento económico y contaminación ambiental, la economía, pilar de la paz social, sigue llevando las de ganar.
«En ciudades de las dimensiones de China es un factor muy importante en términos de calidad de vida y contribuye a que los multimillonarios se inclinen por otros destinos», indicó a BBC Mundo Hoogewerf.
Mala leche
Otro pilar es el tema de la alimentación que cobra especial significación en una cultura como la china tan obsesionada por la comida.
El caso de la adulteración de leche para bebés en 2008 es un símbolo de los problemas que tiene China en la producción, distribución y regulación alimentaria.
Seis niños murieron, 54 mil bebés debieron ser hospitalizados, unos 300 mil fueron afectados y 11 países dejaron de importar productos lácteos chinos a raíz del escándalo.
Dos personas fueron ejecutadas, una recibió una pena de muerte en suspenso, tres resultaron condenados a cadena perpetua, dos a 15 años y hubo un número de renuncias gubernamentales, pero los escándalos siguieron ocurriendo.
Desde la producción de chanchos hasta el aceite de cocina, de la carne que vendían subsidiarias de McDonalds hasta la sopa adulterada del año pasado, las denuncias redujeron al mínimo la confianza pública en la seguridad alimentaria del país y estimularon el consumo de productos provenientes del extranjero.
¿Seguridad financiera?
En diciembre de 2015 Guo Guangchang, titular de Fosun, el más importante conglomerado nacional, desapareció de los «lugares que solía frecuentar».
Los rumores de un arresto llevaron a que Fosun suspendiera sus operaciones en la bolsa y emitiera un escueto comunicado diciendo que Guo «estaba asistiendo a las autoridades judiciales en ciertas investigaciones». Guo reapareció unos días más tarde, pero su detención fue calificada por Rupert Hoogewerf de terremoto. «Por primera vez se investigaba a un empresario muy influyente y respetado», sostiene Hoogewerf. La detención del llamado «Warren Buffet chino», se da en medio de la campaña anticorrupción que el presidente Xi Jinping lanzó al asumir la presidencia en 2013.
Junto al crecimiento económico, la campaña anticorrupción es considerada esencial para la legitimidad gubernamental. La campaña se centró en un principio en el gobierno y alcanzó a 1500 funcionarios entre los llamados «tigres» (funcionarios de alto rango) y «moscas» (camaradas de bajo rango).Pero el creciente problema de la fuga de capitales a través de paraísos fiscales, ha puesto el foco en las grandes fortunas. Según el Instituto Internacional de Finanzas, el año pasado se fugaron de China casi US$700.000 millones, más del 90% de toda la fuga de capitales de los países emergentes.
Impacto económico en China
China no está dando la espalda a los millonarios o abandonando la consigna atribuída a Deng Xiao Ping que marcó el cambio de comunismo maoísta a capitalismo de estado («hacerse rico es glorioso»). Pero la relación que anduvo tanto tiempo sobre rieles se volvió un poco más complicada. La desaceleración económica de los dos últimos años y el viraje de una economía basada en la exportación e inversión a otra más centrada en el consumo y cierta redistribución ha tensado un poco la cuerda.
¿Qué impacto puede tener en la economía china este éxodo en China ahora?
«Buena pregunta. Es difícil de responder en blanco y negro. El gobierno quiere controlar un exceso de internacionalización del capital chino. Pero también es perfectamente posible que este capital regrese a China, sobre todo el capital que se encuentra en el sudeste asiático. A corto plazo hay preocupación. Creo que a largo plazo el capital regresará», indicó a BBC Mundo Hoogewerf. Pero es posible que la gente tenga menos movilidad que el capital.Marcharse a otro país implica un complejo proceso de adaptación a otras culturas y duelo respecto al propio país.
Muchos creen que en el mundo hiperglobalizado de los multimillonarios esto no tiene tanto peso dada la extrema movilidad que ofrece el dinero.Sin embargo, una de las chicas de «The Ultra rich Asian girls of Vancouver», Pam, pintó ante el «The New Yorker» una película más complicada.
«No sé si encajaré en China ahora. No tengo el know-how de mis padres para hacer negocios allá. Los occidentales son directos. Cuando uno negocia en China es todo medio implícito, al mismo tiempo se oculta y se muestra lo que uno quiere. En China muchos me perciben como ingenua y yo misma me siento una extranjera», comentó Pam.
Fuente: Dinero.co
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