Ciertas combinaciones de factores pueden ser fatídicos para las empresas, que de pronto acusan una falta de perfiles adecuados para ciertos puestos laborales. Desde carencias en el sistema educativo a falta de previsión de las propias empleadoras, más preocupadas en tiempos de crisis del presente que del futuro, aparecen estas brechas que, de no ser atajadas, acaban pasando una factura excesiva al bolsillo o incluso la reputación de las empresas. En tiempos de recesión cuesta creer una realidad así, pero tiene su explicación.
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