Hay quien propone cerrar partes de nuestra economía para promover la producción nacional. Enorme contradicción de alguien que quiere combatir nuestro mayor problema: la corrupción.
La Libertad Económica es una condición o estado en el cual los individuos de un país pueden actuar con total libertad y autonomía para generar recursos que le den sustento a su calidad de vida. En palabras más simples: poder hacer lo que se me ocurra (antoje) dentro de los límites de la ley, para alcanzar mis metas, sueños y objetivos.
Lo primero que me llamó la atención de este índice fue encontrar que, de 180 países, Corea del Norte aparece en el último lugar con un resultado de 5.8 puntos, solamente seguido por Venezuela en el lugar 179 con 25.2 puntos. Ahora que lo pienso mejor, no debió haberme sorprendido tanto, porque hace sentido. El índice está compuesto por 4 grandes categorías de evaluación:
- Estado de Derecho (Rule of Law)
- Tamaño de Gobierno
- Eficiencia Regulatoria
- Apertura de Mercados (FreeTrade)
A su vez cada una de estas cuatro categorías contiene tres subdivisiones entre las que encontramos derechos de propiedad, integridad de gobierno, eficiencia judicial, carga fiscal, gasto de gobierno, salud fiscal, facilidad de hacer negocios, libertad de trabajo, libertad de política monetaria, libre comercio, libertad de inversión y libertad financiera. Es así como, con 12 elementos de evaluación concentrados en 4 ejes, el Economic Freedom Index permite clasificar 180 países en cinco grupos de acuerdo con su resultado en esta evaluación, estos son:
- Abierta / (100 – 80) / 6 países
- Prácticamente abierta / 79.9 – 70 / 28 países
- Moderadamente abierta / 69.9 – 60 / 62 países
- Prácticamente cerrada / 59.9 – 50 / 63 países
- Cerrada / 49.9 – 40 / 21 países
Los primeros 6 lugares y únicos países que, de acuerdo con este ranking pueden presumir contar con una economía abierta, son los “usual suspects” de toooodaaaaa la vida: Hong Kong, Singapur, Nueva Zelanda, Suiza, Australia, y el más nuevo en la lista, Irlanda.
Es decir que los habitantes de estos países son “completamente” libres para hacer de su vida un pandero y así alcanzar sus metas. Mejor aún, sus gobiernos han legislado y creado políticas públicas para que esto suceda con mayor facilidad. Sus marcos regulatorios, política interior y exterior, son lo suficientemente claros y flexibles para promover que cada individuo desarrolle sus capacidades al máximo y así mejore su calidad de vida y la de su comunidad.
Por su lado, México está en el lugar 63 del ranking mundial con 64.8 puntos. Con esta calificación estamos en el primer tercio del mundo en cuanto a Libertad Económica se refiere. Somos parte del tercer grupo, es decir que contamos con una economía moderadamente abierta.
De los 12 elementos evaluados, nuestro Talón de Aquiles está en *redoble de tambores*: Integridad de Gobierno (Corrupción).
En esta subcategoría obtuvimos un puntaje de 26 puntos en comparación con los 78 obtenidos por el gobierno de Canadá. En contraste, del resto de los países del continente americano (sin tomar en cuenta al Caribe) solamente estamos por encima de países como Bolivia, Venezuela, El Salvador y Nicaragua… “No shit Sherlock”.
Nuestro mayor puntaje lo obtuvimos en libre comercio (Free Trade). Con 88 puntos, prácticamente estamos empatados en el 1er lugar junto con Chile y Canadá. Estados Unidos es segundo lugar con 87 puntos. Con los 64 puntos obtenidos “overall” (apoyados en gran parte por políticas de libre comercio, es decir, múltiples tratados comerciales) estamos por debajo de países como Colombia, Perú y Costa Rica. De los 20 países que componen el grupo de América, México obtuvo un “sólido” noveno lugar.
Ahora bien, después de echarme ese clavado en el índice, me surgió la duda: ¿qué tan relacionado estará el Economic Freedom Index con el crecimiento económico de un país?
Resulta que no soy el único que se hizo esa pregunta (no hay nada nuevo bajo el sol). En el pasado ha habido varios intentos mucho más sofisticados que mi análisis gráfico sobre la relación entre las curvas de EFI y el PIB. Con decirles que hay quienes utilizaron modelos matemáticos basados en redes neuronales y árboles de decisión con miles de variables (no es metáfora) para evaluar la correlación entre el EFI y el crecimiento del PIB en un país.
La conclusión es la misma: No hay una correlación contundente en términos generales. Es decir, el EFI no es un elemento determinante en el crecimiento económico de un país. Chale.
Peeeeero, sí se encontraron correlaciones relevantes entre el crecimiento del PIB per cápita y algunos factores que componen el EFI. Es decir, sí sirvió de algo todo esto. Podemos identificar los factores y tratar de impulsarlos en beneficio de los ciudadanos de a pie.
No voy a sorprender a nadie con lo siguiente, pero me da tranquilidad y paz mental que matemáticamente se haya probado que los factores que tienen un mayor impacto en el crecimiento del PIB per cápita son: Derechos de propiedad e Integridad de gobierno (entiéndase índice de corrupción).
Al mismo tiempo, estos dos elementos están altamente correlacionados entre sí. Uffff, ¡entonces sí tienen razón los que dicen que nuestro mayor problema es la corrupción! Obvio que sí, y eso no va a cambiar a menos que el cambio lo hagamos todos los que participamos de una forma u otra en actos de corrupción.
Por lo tanto, ¿todo este rollo para llegar a una conclusión que lleva años allá afuera? En una sola palabra: SÍ. Pero, no fue tiempo perdido. Este análisis (aunque sea meramente amateur) me hizo reflexionar lo siguiente:
- La corrupción es nuestro mayor obstáculo para poder explotar todo el potencial que tenemos como mexicanos y estar en los primeros seis lugares del EFI.
- Es un problema sumamente complejo y enraizado como para eliminarlo en los siguientes seis años. Imposible resolverlo con ideas mesiánicas de evangelización.
- Se pueden dar pasos muy importantes para mejorar este factor: un ejemplo claro es tener un fiscal anticorrupción (que sea realmente independiente).
- El factor que más aporta hoy en día a México en términos de Libertad Económica son los tratados comerciales que mantenemos con otros países, principalmente con EU (TLC).
En este último punto me gustaría enfocarme para terminar esta publicación. Economistas coinciden en que es sumamente importante medir estas correlaciones para poder crear políticas públicas que promuevan crecimiento económico que brinde prosperidad a su población, reduzca la pobreza, aumente el nivel de ingreso per cápita y promueva la actividad empresarial (entrepreneurship) en todos niveles.
Eliminar la corrupción (factor con mayor correlación) nos va a tomar mucho tiempo, esfuerzo y sacrificio por lo que debería ser una medida a mediano/largo plazo. Sin duda hay que hacerlo, pero en paralelo, seamos prácticos y fortalezcamos el libre comercio que hoy nos brinda el potencial de alcanzar esas metas que todos queremos: crecimiento y prosperidad para eliminar la pobreza en México.
Enfocarnos en impulsar y mejorar los tratados comerciales que tenemos y seguir generando alianzas con otros países me parece la respuesta inmediata para mantener una economía abierta que promueva el bienestar de los mexicanos.
Hoy en día la mayor prueba de Estado de Derecho en México (y los pesimistas dicen que la única), son los tratados internacionales supeditados a la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Los demás países confían (medianamente) en México, gracias a que existe esta instancia internacional en la cual eventualmente podrían denunciar abusos y/o actos de corrupción de autoridades (y empresarios) mexicanas, para que ésta actúe en su calidad de autoridad para sancionar a un país que incurra en malas prácticas. Es un bálsamo ante los bajos niveles de la Integridad de Gobierno con los que contamos hoy.
Si llegara a desaparecer la validez de estos tratados, en combinación con la actual debilidad de las instituciones mexicanas y la alta corrupción identificada, provocaría que México cayera en un vacío de legalidad y que eventualmente se convirtiera en una economía cerrada donde perdamos nuestra libertad.
¡Épaleeee! Eso estuvo muy rápido. Vamos por partes. Por increíble que parezca, en la actualidad hay quien propone cerrar partes de nuestra economía para promover la producción nacional. Enorme contradicción para alguien que quiere combatir la corrupción. Es como decir: “Me duele la cabeza. Se me va a quitar con sólo pensar en que no me duele. Podría tomar una aspirina, pero mejor las tiro todas por el escusado y seguiré pensando que no me duele para que se me quite”. ¿Really? Sí, y continúo con la explicación de economía cerrada = pérdida de libertad individual. Checa.
Si México toma el rumbo de políticas públicas que nos lleven a una economía cerrada, no pasará mucho tiempo para que dejemos de responder ante instancias internacionales que sirvan de contrapeso para evidenciar y castigar a las autoridades locales que estén abusando de su poder.
Significaría total impunidad a quien cometa actos de corrupción. Si esto se da, no pasará mucho tiempo para que la inversión extranjera y nacional desaparezca y finalmente entremos a un régimen de control y pérdida de libertad. Ahí está el asunto.
Si crees que exagero, te dejo la siguiente frase de Friedrich Hayek (Premio Nobel de Economía 1974): “Ser controlados en nuestras decisiones económicas significa ser controlados en todas nuestras decisiones”.
Protejamos nuestra libertad y combatamos la corrupción con la herramienta que tenemos a nuestro alcance y con la cual podemos plantearnos metas más ambiciosas. Defendamos una economía abierta con tratados internacionales como se ha hecho hasta ahora. Tomemos la aspirina para posteriormente encontrar la medicina que nos cure definitivamente el dolor de cabeza que tenemos: la corrupción.
Fuente: Forbes.com
‘@RobertoPerez y @JulioCesarAlzate , los invitamos a leer esta noticia, la cual será de su interés !!
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.