Todo cambio en la gerencia de una empresa trae grandes transformaciones en una compañía. Justamente, desde que Satya Nadella asumió el control de Microsoft la empresa ha hecho muchos cambios que han resultado muy beneficiosos. Este indio, que trabajó por años en los servicios de la nube, quiere revolucionar la empresa y convertirla en líder en su mercado. A través de productos de gran calidad pretende que Microsoft triunfe sobre sus competidores.
Según Nadella: «la industria no respeta la tradición, solo la innovación» . Esta será la base y guía del nuevo modelo de expansión de esta enorme compañía tecnológica.
A continuación queremos compartir contigo el artículo de El Tiempo, que amplía esta información.
Microsoft ha cambiado de rostro desde la asunción del indio Satya Nadella, el 4 de febrero de 2014, como jefe de filas a escala global. Nadella venía de trabajar como cabeza de los servicios en la Nube y ha apostado por reinventar Microsoft. Su foco ha sido convertir a la firma con sede en Redmond, Estados Unidos, en una fuente de inspiración e innovación. Además, ha apostado por superar en calidad a la oferta de sus rivales.
Bajo su mandato, Nokia se convirtió en Microsoft Phone, Office se volvió gratuito para móviles y tabletas, se lanzó el paquete de ofimática para iPad y hasta se vio a un ejecutivo de la compañía en la última presentación de Apple para mostrar las virtudes de Office para iPad Pro.
Ese extraño momento fue resumido por Adam Lashinsky, de la revista Forbes, con una conocida expresión para aludir a lo impensable: “El infierno se congeló”. Es cierto, Bill Gates ya había aparecido antes en el escenario de Apple (el 6 de agosto de 1997), pero aquello fue una rareza y se vio como excepcional resultado de los aciagos momentos que vivía la compañía de la manzana en 1997, cuando su acción apenas se valoraba en menos de un dólar (ahora vale más de 100).
La presencia del ejecutivo de Microsoft en el escenario de Apple es un símbolo de los nuevos aires de la compañía, alejada de viejas riñas, y dispuesta a forjar fuertes alianzas para ganar valor en todos los frentes posibles. Los de Cupertino buscan afianzar su presencia en el segmento corporativo y los de Redmond cuentan con la experiencia necesaria en el ramo de la productividad. Es una alianza perfecta.
Una de las frases que resume el nuevo enfoque de Nadella, y que explica ese viraje, es que para él “la industria no respeta la tradición, solo la innovación”. Los movimientos de Microsoft indican que el eje de su operación se ha volcado a escuchar a sus usuarios y a operar con ello en mente, dejando atrás los conflictos que limitaban su alcance.
Desde la llegada de Nadella, Microsoft se renovó con ideas propias y hasta sus ejecutivos muestran un rostro diferente. Se pasó de presentaciones encorsetadas a discursos dinámicos, donde cada experto que pone un pie en el escenario se muestra vestido con atuendos casuales, y por qué no, hasta peinados extravagantes (como olvidar el corte ‘emo’ de Joe Belfiore).
Los cinco puntos claves su ‘cambio radical’, un cambio que invita a volver a creer, eso sí con mesura, en su futuro:
1. ¿Windows como servicio?
Ahora el objetivo es llevar el último sistema operativo a la mayor cantidad de clientes posibles. La tasa de adopción de Windows 10, en el primer mes después de su lanzamiento, fue del 4,88 por ciento, incluso más de lo registrado por Windows 7, que llegó a 4,05 por ciento, según CounterStats. Hace un día, Microsoft anunció que ya opera en 110 millones de dispositivos. Aún está lejos de los 1.000 millones proyectados para 2018, pero se trató de un buen comienzo.
El crecimiento en adopción se ha visto comprometido por las denuncias de poca privacidad, por la falta de controladores y hasta por las fuertes críticas que ha recibido de otras empresas, como Mozilla que se quejó de lo difícil que era configurar su navegador como predeterminado en el sistema operativo. Aun así,Windows 10 promete ser el primer paso para que Windows se transforme en servicio. En otras palabras, no sería extraño ver que lo empiecen a cobrar bajo un modelo de suscripción en el futuro.
2. Gafas holográficas
Lo que cabe destacar de Microsoft en este apartado es su voluntad para arriesgarse con un producto diferente, con una categoría poco explorada. Las HoloLens prometen unir el mundo digital con el real. Se trata de una experiencia de realidad aumentada llevada a otro nivel. Aún es pronto para saber si las gafas llegarán al mercado (las Google Glass también fueron vistas como la próxima revolución y al final no se concretaron).
En la última presentación impresionaron con un videojuego que aprovechaba las capacidades de las HoloLens, pero también decepcionaron con el elevado precio del kit de desarrollo, que se ubica en 3.000 dólares (¡eso es el doble de lo que costaban las Google Glass en su etapa de pruebas!).
¿Las HoloLens se traducirán en un producto de consumo masivo? Es posible que no, viendo el precio del kit de desarrollo, pero al menos muestran el renovado deseo de Microsoft de imponer tendencia.
3. Un portátil 100 % Microsoft
Tanto la Surface Pro 4 como la Surface Book capturaron la atención. La primera por tratarse de la rival directa del iPad Pro y la segunda porque es el primer portátil fabricado, desde su primer tornillo hasta el último, por Microsoft. Se ve en este movimiento la intención de incursionar en otros nichos y de ofrecer productos de alta categoría.
Una de las ventajas inmediatas de contar con un portátil ‘de la casa’ es que el software (Windows) se va a integrar como nunca con el hardware. ¿Esto derivará en un rendimiento y una estabilidad excepcionales como las que se suelen ver en los productos Apple? Aún no se sabe, pero sería lógico y es emocionante porque, como dice Joanna Stern del ‘Wall Street Journal’, las ‘laptops’ con Windows “han sido terribles últimamente”.
Un aspecto interesante de la Surface Book es que el chip de procesamiento de video se aloja en el teclado. De modo que para incrementar la potencia gráfica del equipo en un futuro puede que solo sea necesario cambiar este componente. Como indican los expertos de Xataka, es una genialidad con enorme potencial.
Quienes han probado la Surface Book concuerdan en que luce sólido, el teclado es cómodo y el ‘trackpad’ (o sea la superficie que obra como ‘mouse’) opera con notable fluidez . Esto último, puede que se deba a la ya mencionada perfecta sincronía entre el hardware y el software.
4. Surface Pro 4
La historia de la línea Surface es una historia de perseverancia. Los primeros modelos (el 1 y el 2 sobre todo) fueron recibidos con escepticismo por parte del mercado. Para Microsoft, esta división ha representado pérdidas superiores a 1.500 millones de dólares desde su lanzamiento en octubre de 2012. Apenas el año pasado, se reportó, por fin, un trimestre con ganancias para las Surface.
Este año se repitió la historia y el segundo trimestre de 2015 se vio un incremento en ingresos de 117 por ciento con respecto al periodo anterior. Las ventas de la Surface 3 han ido mejor que las de sus predecesoras y ahora llega la Surface Pro 4 que promete un rendimiento 50 por ciento superior al de la MacBook.
Lo llamativo es que aparece en escena justo después de que Apple lanzó la iPad Pro que, de seguro, impulsará el concepto de tabletas o híbridos enfocados en productividad.
Y es que si bien las ventas de tabletas han caído, las de híbridos han tendido a subir. Una encuesta de InMobi, realizada en abril, reveló que el 60 por ciento de los consumidores interesados en un tableta se decantarían, en los próximos 3 meses, por un híbrido (es decir, una mezcla entre pórtatil tradicional y tableta como lo es la Surface).
Otra encuesta de InMobi arrojó que el 43 por ciento de los interesados en un dispositivo inteligente optarían por un híbrido.
5. Office gratuito para móviles
Ya fue mencionado en el texto introductorio, pero cabe recalcarlo: si usted descarga Office para Android o iOS, es gratuito. Al principio, Microsoft lanzó una versión que no permitía editar, ni almacenar en la nube, en su modalidad sin costo (es decir, apenas servía para leer), pero los usuarios la recibieron con abucheos. En noviembre de 2014 sorprendieron a la industria (y quizá a sí mismos), cambiando la aplicación y liberándola.
El único ‘pero’ de esta estrategia es que no aplicó para empresas. Estas deben seguir pagando una suscripción en Office 365 para poder editar los documentos desde su iPhone, iPad o Android. También algunas opciones, como la personalización de gráficos en PowerPoint, se mantienen como opción para clientes ‘premium’.
De esa forma, Microsoft busca ganar presencia en un mundo en el que habían perdido presencia, el de los móviles.
Se percibe, en conclusión, la intención de Microsoft de ser una compañía amigable con el usuario final, cercana, incluso sacrificando ingresos para lograr su cometido.
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