En plena economía digital, donde las nuevas tecnologías están cambiando el panorama empresarial, la innovación y la transformación digital han irrumpido también en la Responsabilidad Social Corporativa: las compañías saben que pueden aprovechar la tecnología para aportar valor a su negocio y maximizar su excelencia con ética y responsabilidad.
Responsabilidad Social Corporativa, ¿qué es?
Pero empecemos por el principio: ¿qué es Responsabilidad Social Corporativa?
El Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa define ésta como una forma de dirigir las empresas basada en la gestión de los impactos que su actividad genera sobre sus clientes, empleados, accionistas, comunidades locales, medioambiente y sobre la sociedad en general.
Desde esa perspectiva, podemos definir 5 principios que rigen la RSC:
1º. En primer lugar.
La RSC implica el cumplimiento de la legislación. Es decir, el cumplimiento obligatorio de la legislación nacional vigente y, especialmente, de las normas internacionales en vigor.
2º. En segundo lugar.
La RSC debe tener carácter global y transversal: así, la RSC debe abarcar todas las áreas de negocio y toda la cadena de valor de una empresa, así como todas las áreas geográficas donde la compañía desarrolle su actividad.
3º. En tercer lugar.
La RSC comporta ética y coherencia. En ese sentido, las empresas deben asumir compromisos éticos objetivos y que guarden coherencia con los compromisos públicos adquiridos con las estrategias y decisiones de negocio por parte de la compañía.
4º. En cuarto lugar.
La RSC supone la gestión de impactos que la actividad empresarial de una determinada compañía genera en el ámbito social, medioambiental y económico. Para que esa gestión sea eficaz, es imprescindible que las empresas identifiquen, prevengan y atenúen las posibles consecuencias adversas que su negocio pueda producir.
5º. En quinto y último lugar.
La RSC supone la orientación a la satisfacción de expectativas y necesidades de todos los grupos de interés a los que la actividad empresarial afecta, tanto en lo social, como en lo medioambiental y en lo ético.
Evolución de la Responsabilidad Social Corporativa.
Durante el siglo XX, y como consecuencia del fenómeno de la internacionalización de las empresas, la forma de hacer negocios cambió radicalmente: el aumento de la competitividad dio lugar a estrategias empresariales agresivas que derivaron en muchas ocasiones en consecuencias negativas para la sociedad.
Lo mismo ocurrió en España: numerosas empresas comenzaron a crecer e internacionalizarse, limitándose a generar beneficios y a cumplir la ley para evitar sanciones, sin tener en cuenta en ningún caso las repercusiones que su actividad tenía con el medio ambiente o la libre competencia.
En ese contexto, llegó a España a mediados de los años 80 el concepto de Responsabilidad Social Corporativa (que tuvo su germen en EEUU y que se fue propagando paulatinamente al resto del mundo). Fue en ese momento, y a lo largo de la década siguiente, cuando se empezó a demandar una cierta ética empresarial por parte de las empresas.
Todo ello coincidió con la adhesión de España a la Unión Europea, que permitió introducir en las empresas de nuestro país ciertas políticas desarrolladas a nivel comunitario con el ánimo de concienciar, tanto a la sociedad como a las empresas, de la importancia de un mundo sostenible, encaminado a encontrar el equilibrio entre las fuerzas económicas y las fuerzas sociales.
Así, a mediados de los 90, y tal y como recoge el Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa, organismos internacionales y algunos estados comenzaron no sólo a ser conscientes de la realidad, sino a tratan de llevar a cabo un llamamiento al sector privado para que asumiera un nuevo modelo de desarrollo y gestión que permitiera “dar solución y respuesta a una nueva realidad globalizada y cambiante”.
La transformación digital y la Responsabilidad Social Corporativa
Después de la internacionalización masiva de empresas durante el siglo XX, y del nacimiento del concepto de Responsabilidad Social Corporativa en sus últimas décadas, llegó el siglo XXI y la revolución digital: la era en que la información fluye de manera libre, las comunidades se crean en las redes, los internautas colaboran e inventan conjuntamente, y las empresas compiten de forma global.
Y, en este contexto, ¿qué ocurre con las empresas? ¿Son válidos los modelos de negocio tradicionales en un escenario de auténtica globalización? Y, ¿qué ocurre con la Responsabilidad Social Corporativa? Sin duda alguna, la RSC es parte del negocio, y sólo las compañías que aprovechen la tecnología, la innovación y la transformación digital para aportar valor a la responsabilidad social y la transparencia lograrán sobrevivir al cambio.
¡El futuro pasa por la innovación digital! Gracias a la tecnología, las compañías pueden adoptar nuevos modelos de negocio más responsables, modelos auténticamente transparentes, basados en la apertura de datos (Open Data) y en la explotación y aprovechamiento de los mismos (Big Data). Modelos basados en la participación, en la co-creación de proyectos y en el desarrollo de la movilidad y la simplicidad.
Y todo ello es imprescindible frente a los nuevos consumidores digitales, exigentes y concienciados. Y además abre una ventana de oportunidades para diseñar nuevas iniciativas empresariales que aporten valor a los resultados e involucren al público en su desarrollo.
Fuente: Timpulsa.com
@GustavoPerez y @MarceloMoreno , los invitamos a leer esta noticia, la cual será de su interes !!
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