Esta nueva normativa, definida por expertos del ITU, afecta a los cargadores universales de dispositivos portátiles como ordenadores, que deberán ser ecológicos al igual que las baterías de los smartphones, cuyos estándares se han fijado igualmente. Los fabricantes mejorarán la información de estos componentes para optimizar el reciclaje, dentro de otra serie de medidas que buscarán evitar un ahorro significativo de residuos derivados.
Es importante ver cómo el acuerdo entre empresas del mismo sector en pequeñas decisiones que podrían, a priori, no parecer relevantes resultan ser de gran impacto medioambiental.
Fuente: http://bit.ly/1hc2aH8