La firma Mobileye, con sede en la ciudad de Jerusalén, es uno de los principales fabricantes mundiales de tecnología de prevención de accidentes y conducción autónoma.
«Esta adquisición supone un gran paso adelante para nuestros accionistas, la industria automotriz y los consumidores», dijo el consejero delegado de Intel, Brian Krzanich.
El máximo ejecutivo de la firma californiana destacó una vez que se complete la compra les permitirá acelerar el futuro de la conducción autónoma con un precio más bajo para los fabricantes.
Las dos empresas dijeron en un comunicado conjunto que esperan cerrar la operación en los próximos nueve meses una vez que reciba el visto bueno del regulador.
La firma israelí aseguró en febrero que está planeando junto al fabricante alemán Volkswagen poner en marcha un nuevo estándar de navegación para la conducción autónoma a partir de 2018.
Después de anunciarse el acuerdo, las acciones de Intel, uno de los treinta valores del índice Dow Jones, bajaban un 1,90 % en la Bolsa de Nueva York, donde se han depreciado un 2,87 % desde enero.
Por su parte, los títulos de Mobileye se disparaban casi un 30 % en ese mismo mercado, donde se han apreciado más de un 60 % desde que comenzó el año.
Las marcas de tecnología le apuntan a una tendencia con gran futuro, pues de acuerdo con Gartner los vehículos sin conductor representarán el 25%, aproximadamente, de la totalidad de unidades en uso dentro de mercados maduros para el 2030.
En el marco de CES 2017, que se realizó en la ciudad estadounidense de Las Vegas con la asistencia de unas 160.000 personas, fue presentado un estudio con respecto a la percepción de este tipo de tecnología.
La investigación, realizada por la consultora CTA Market Research con base en la percepción de más de 2.000 adultos estadounidenses, muestra la percepción de las personas con respecto a la conducción asistida de vehículos y los beneficios que podría traer en un futuro muy cercano.
De hecho, el 82% de las personas consultas por CTA manifestaron que la conducción autónoma de vehículos podría reducir el número de accidentes producidos por conductores agresivos y/o bajo la influencia de drogas o alcohol.
A su vez, el 76% de las personas contestó que los vehículos autónomos los librarían del malestar generado por la congestión vehicular en el día a día, mientras que un 72% consideró la posibilidad de ahorrar tiempo con este tipo de tecnología.
La conducción autónoma también tiene un trasfondo social, pues el 78% de los estadounidenses consultados manifestó que este tipo de vehículos les facilitaría la vida a las personas que tienen algún tipo de discapacidad física.
Fuente: Dinero.com
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