Un caso de éxito en asegurar la legitimidad de las materias primas que utilizan las empresas, de gestión basada en la inclusión y el bienestar de poblaciones vulnerables. De manera progresiva se fue edificando una estrategia de sostenibilidad que ha trascendido los límites de la organización y permea a la comunidad y a otras empresas.
A continuación publicamos una noticia
Fuente: El País (http://bit.ly/1iszxm0)
IMAGÍNATE QUE STING UTILIZARA UNA GUITARRA DE ÉBANO ILEGAL
El director general de la maderera Madinter explica por qué la Secretaría de Estado de EE UU ha galardonado a su empresa junto a su socio Taylor Guitars por su programa de responsabilidad social corporativa en su fábrica de ébano en Camerún.
Estudió y ejerció durante más de una década como veterinario. Pero hace unos años cambió los animales por los árboles. Vendió su parte en la clínica en la que trabajaba y se enroló en la empresa de fabricación de muebles e instrumentos de madera Madinter, con sede en Cerceda, al norte de Madrid. “Era de un amigo y decidí invertir, aunque no tenía ni idea del sector”, reconoce. Su rumbo profesional cambió aún más cuando uno de sus proveedores de ébano en Camerún les anunció que se jubilaba y les ofreció comprar la serrería en el país africano. “No teníamos dinero así que nos plantamos en Amsterdam para hablar con la gente de Taylor Guitars para que invirtiesen con nosotros”, recuerda. Un año después, la fábrica era suya.
Hasta aquí, la historia podría ser la de cualquier empresario con pulsión de crecer. Pero no es por eso que la Secretaria de Estado de EE UU ha galardonado este año a Crelicam, la fábrica que adquirieron ambas empresas (Taylor Guitars y Madinter) con el Premio Excelencia Corporativa que reconoce desde 1999 el compromiso de empresas estadounidenses en actividades de responsabilidad social en todo el mundo. John Kerry les entregó el galardón en Washington hace unas semanas gracias a su gestión responsable del bosque de ébano camerunés y su filosofía corporativa en cuanto a los trabajadores y buen gobierno.
“Estamos muy orgullosos de no haber cometido ningún acto corrupto. Ni siquiera nos han puesto una multa de tráfico. Nada”, asegura. Y explica las dificultades de hacer negocios en un país “muy corrupto” en el que para poder operar ágilmente –“que no te retengan los barcos siete días en el puerto, como nos ha pasado”– hay que pasar por caja. “Nosotros nunca”, insiste.
La negativa a caer en las corruptelas no es la única práctica responsable por la que Madinter, junto con su socio Taylor Guitars, ha sido premiada. De Teresa mueve el dedo sobre una carpeta parcelando virtualmente la superficie. “Partimos el terreno en 30. Hablamos de zonas extensísimas. Si cada año explotas una de las divisiones, respetando a los árboles grandes (los semilleros), cuando vuelves tres décadas después se habrá regenerado. Eso es lo responsable. Ni siquiera repoblar, sino que el bosque se regenere naturalmente con el tiempo que necesite”, detalla. “Y rentable”, apostilla.
El veterinario metido a maderero quiere romper con la imagen de que todas las empresas del sector expolian los recursos naturales sin preocuparse por la conservación ambiental. Por eso, junto a su socio de Taylor Guitars, han iniciado una campaña para que los fabricantes de instrumentos musicales dejen de utilizar solo ébano negro. Lo que supone que toda la parte blanca del tronco, por su bajo precio, acaba olvidada en medio del bosque. Que la empresa socia esté relacionada con la música les ha dado visibilidad en este proyecto para cambiar el sector, según De Teresa. “Imagínate que Sting utilizara una guitarra de ébano ilegal”, bromea.
“El bosque es una fuente inagotable de riqueza. Si se cuida”, subraya las tres últimas palabras. “Luego hay operadores buenos y otros malos”. Al adquirir la fábrica de Camerún (lo que les convirtió en proveedores) decidieron ser de los primeros. “Nos reunimos con ONG medioambientales, les contamos el proyecto y buscamos asesoramiento”, afirma.
A De Teresa tampoco le gusta aquello de trabajar en un país en vías de desarrollo sin respetar unos mínimos de derechos laborales. “La primera medida que tomamos fue duplicar el sueldo a los empleados”, afirma. Tomó esta decisión, dice, porque en su primera visita a la fábrica vio que muchos de los 75 trabajadores pululaban por las instalaciones. “Es la hora de comer pero como es final de mes, no tienen comida, así que pasean”, les explicó el anterior dueño según recuerda De Teresa. “Eso no podía ser. Y como podíamos permitirnos doblarles el salario, ¿por qué no hacerlo?”, zanja rotundo el director de Madinter que no rehúye poner cifras. “De media cobran unos 250 euros mensuales, es el doble de lo que cobra allí un funcionario o cualquier trabajador de otra empresa del sector. Y el gerente, camerunés –apostilla–, cobra como un directivo de aquí”.
Después implantaron un comedor en la empresa, seguro médico para los trabajadores y ayudas para escolarizar a los hijos. Ahora piensan en montar una escuela de música y otra de fútbol para los pequeños. Lo que mueve a De Teresa para hacer las cosas así es “el sentido común”. Y la lógica empresarial: “Ahora la empresa es otra. La gente, los trabajadores, creen en nosotros y están más comprometidos”.
“Antes de llegar a este paso he vivido mucho. He visitado a proveedores en todo el mundo, en países en vías de desarrollo y mi experiencia es que allí viven personas como nosotros, con familia y que son buenos trabajadores. No creo que lo que hacemos sea excepcional. Es lo natural”, se quita importancia. Aunque reconoce que quiere que sus hijos, muy pequeños todavía, tengan motivos en el futuro para sentirse orgullosos de su padre.
Con todo, De Teresa repite que Madinter no es un ONG y gana dinero con su actividad. Y añade: “Yo creo que para cambiar las cosas se tiene que hacer desde la economía”. Lo primero que quiere cambiar es la imagen “injusta” que se tiene del sector. “Trabajando de manera responsable protegiendo el bosque”, apunta. Lo segundo, dejar de ser esa gente que se aprovecha de los recursos naturales de un país para revalorizarlos en otros. En esta línea, su socio fabricante de guitarras y él ya se han marcado el objetivo de ampliar su actividad en Camerún y transformar allí en vez de exportar la materia prima.
(Fin de la noticia)
Ver video institucional: http://www.taylorguitars.com/about/sustainable-ebony
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