Son varios los estudios que se refieren a que para tener un equipo de alto desempeño es adecuado tener diversos perfiles, habilidades y competencias disimiles y plurales. El papel que desempaña un Líder consiste en aprovechar tales diferencias para apalancar los resultados, para que la sinergia de partes diferentes generen un resultado “potente”. Estamos hablando que el poder de las ideas de un equipo diverso puede dar resultados excepcionales cuando son aprovechadas las diferencias.
A continuación compartimos el artículo: La República
Equipos de trabajo que marcan un ritmo eficiente
Cuando un gerente busca conformar su equipo de trabajo, es normal que pretenda rodearse de colaboradores que se identifiquen con él, bien sea por tener estudios similares, compartir determinados intereses o ser egresados de una misma carrera y universidad. Sin embargo, la experiencia demuestra que para alcanzar altas metas, lo ideal es que los gerentes seleccionen profesionales de disciplinas diferentes, que aporten visiones disímiles y sean capaces de expresar y sostener posiciones diversas.
No hay nada más peligroso para una empresa, que un equipo de trabajo que se pliega a las ideas y caprichos de los superiores, bien sea por el deseo de halagarlos y complacerlos, o por sentirse intimidado frente a su autoridad, experiencia o conocimientos.
La veracidad de esta afirmación, que podría parecer exagerada, se ha comprobado en múltiples accidentes aéreos, en los que se demostró que copilotos e ingenieros de vuelo, cohibidos por la forma como el capitán los descalificaba ante cualquier crítica o sugerencia, habían sido incapaces de advertirle sobre situaciones graves o decisiones fatales que estaba tomando. Hoy en día, en su entrenamiento, a los pilotos se les alienta para que en la cabina se sientan con la libertad y obligación de expresar en todo momento sus dudas y percepciones.
Lo mismo debe suceder al interior de las empresas y es responsabilidad del gerente animar a su equipo de trabajo para que exprese con libertad sus ideas, especialmente aquellas que son contrarias al pensamiento del superior, de modo que el equipo pueda advertirle a tiempo sobre errores que podría estar cometiendo. Lo ideal es que los equipos de trabajo tomen sus decisiones por consenso, después de que cada uno de sus miembros haya expresado abiertamente sus ideas y recomendaciones.
Para alcanzar este objetivo, se requiere de un moderador (generalmente el jefe), que tenga la habilidad de plantear los problemas a través de preguntas, con las que se extraigan las ideas, sugerencias y propuestas de cada uno de los integrantes del equipo, mientras el moderador esconde deliberadamente su posición, para evitar que su rango o autoridad influya en las opiniones de los demás.
En este proceso, es importante no descalificar ni ridiculizar a nadie, por descabellada que sea su propuesta y darle una oportunidad a cada idea, antes de desecharla.
Muchas veces se ha hablado de la importancia de mirar con lente positivo todas las ideas que surjan, analizando cómo podrían llegar a ser viables, antes que centrarse en las razones por las que sería imposible llevarlas a la práctica.
Dentro de la estrategia para conformar equipos de trabajo diversos, es importante seleccionar y contratar profesionales que provengan de distintas universidades, que hayan sido formados en diferentes escuelas de pensamiento y tengan experiencias distintas, para que cualquier tema que se aborde, pueda ser analizado desde ángulos diferentes. Sin lugar a dudas, cualquier asunto que aborde un equipo que tenga estas características, será analizado de manera más amplia, produciendo para la empresa soluciones más acertadas y creativas.
Para que los equipos de trabajo puedan llegar a consensos, es muy importante conseguir que todos los miembros asuman que están trabajando en pro de un objetivo común, que es el avance y crecimiento de la compañía y no por sobresalir individualmente; lograr aceptar la idea de un compañero sobre la propia, en un entorno tan individualista y competido como el nuestro, no es tarea fácil, pero sí fundamental para conseguir que la empresa continúe avanzando en la dirección correcta.
Los equipos de trabajo diversos incrementan la variedad de sus recursos y su potencial de desempeño, son más creativos e innovadores que los grupos homogéneos y disponen de una red de contactos mucho más amplia. Ser consciente de estas ventajas y liderar al grupo buscando la mayor participación posible, generará una dinámica única, que acelerará el ritmo de cualquier organización, mientras que rodearse de colaboradores que piensan como uno, que tienen la misma formación, experiencias y conocimientos, así como una sola visión compartida, puede detener nuestro desarrollo.
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