Las economías latinoamericanas han de estar muy atentas a las oportunidades que la crisis política y diplomática se ha dado alrededor de la intervención rusa en intereses separatistas de una zona de Ucrania. Ante las sanciones que ha impuesto Estados Unidos y la mayoría de los países de la Unión Europea, Rusia ha respondido suspendiendo las compras a tales países con lo que se abre una brecha de oportunidades a que otros países se conviertan en sus proveedores.
A continuación compartimos el artículo: BBC
Cómo benefician a A. Latina las represalias de Rusia a sanciones de Occidente
América Latina parece resuelta a hacer valer el dicho de que «a río revuelto, ganancia de pescadores». La región se frota las manos ante la posibilidad de aumentar sus ventas de alimentos a Rusia, en un giro inesperado de la crisis ucraniana.
Moscú inició negociaciones con diplomáticos de diferentes países latinoamericanos para que sustituyan los alimentos que prohibió importar de la Unión Europea (UE), Estados Unidos (EE.UU.) y otras naciones. Un cambio que podría valer cientos de millones de dólares.
El veto ruso al ingreso de carne, lácteos, frutas, verduras y pescados de Europa o Norteamérica es una respuesta a las sanciones que recibió Moscú por su política en Ucrania. Y esos son precisamente algunos de los principales productos alimenticios de exportación de Latinoamérica.
El servicio federal ruso de vigilancia veterinaria y fitosanitaria conocido como Rosseljoznadzor anunció este jueves reuniones con representantes de Brasil, Argentina, Chile y Ecuador buscando «ampliar las importaciones alimentarias de esos países».
También indicó que mantuvo un encuentro con el embajador uruguayo, Aníbal Cabral Segalerba.
El objetivo es cubrir al menos parte del vacío que dejará en el mercado ruso la prohibición por un año al ingreso de alimentos de la UE (que el año pasado le vendió por US$15.800 millones) y EE.UU. (que le suministró por US$1.300 millones).
Y los contactos parecen estar surtiendo rápido efecto.
Algunas importaciones latinoamericanas de carne y productos lácteos podrían comenzar a llegar al mercado ruso el mes próximo, dijo una portavoz rusa a la agencia de noticias RIA Novosti.
Moscú ya anunció el levantamiento de barreras a empresas de Brasil, que según el diario Folha de S.Paulo sólo por ventas de pollo quizás aumente sus envíos a Rusia en hasta US$300 millones. Chile podría triplicar el suministro de pescado, indicó Rosseljoznadzor.
«Cuando se ven las exportaciones que hoy existen a Rusia, el sector donde América Latina es más competitiva es principalmente el de alimentos», dijo Welber Barral, un exsecretario brasileño de Comercio Exterior que trabaja como consultor a nivel regional.
«Es una oportunidad muy importante, porque es un producto de valor agregado y Rusia es un mercado consumidor con 140 millones», agregó en diálogo con BBC Mundo.
Sanciones y presiones
Las sanciones que EE.UU. y la UE anunciaron hace una semana contra Rusia incluyen embargo de armas, restricciones en mercados financieros y reducciones de acuerdos en el sector energético.
La réplica rusa, ordenada por el presidente Vladimir Putin, vetará también el ingreso a su mercado de alimentos de países aliados de Washington como Australia, Canadá y Noruega.
Rusia ya había mostrado en plena crisis ucraniana un interés peculiar por Latinoamérica. Su canciller Sergei Lavrov realizó una gira por la región a fines de abril y el propio Putin visitó en julio Cuba, Argentina y Brasil.
«América Latina en general no ha sido muy receptiva a la presión o incentivos de EE.UU. y la UE para unirse a los esfuerzos de aislar a Rusia», indicó Oliver Stuenkel, experto en relaciones internacionales de la Fundación Getulio Vargas, en Sao Paulo.
«Eso no tiene que ver con una opinión latinoamericana específica sobre el caso de Rusia, sino más bien con un escepticismo sobre el papel de EE.UU. en relaciones internacionales», agregó en declaraciones a BBC Mundo.
Pero a su juicio es probable que Washington y Bruselas aumenten sus esfuerzos para que Brasil tome distancia de Moscú, ante señales de que los problemas entre Rusia y Occidente tienen un carácter más permanente de lo que se creía.
Y por más que América Latina busque sacar algún rédito comercial de la situación actual, Stuenkel indicó que «EEUU sigue siendo mucho más importante económicamente que Rusia».
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