“La esencia del impacto es decir las cosas de la forma en que otros jamás las han dicho”: William Bernbach. Esta frase puede ser una descripción del mercadeo en sí y por supuesto, una introducción a lo que se puede catalogar como una de sus virtudes más destacadas: la fantasía.
Para el sector de la publicidad, el mercadeo y las comunicaciones, la fantasía tiene un lugar especial, más allá de entenderse como un sinónimo de creatividad, innovación o inspiración. Es la posibilidad de ofrecerle al espectador una interpretación diferente del mundo, a partir del storytelling de las marcas.
En ese sentido, se habla de mercado de la fantasía teniendo en cuenta las industrias creativas que se apoyan en este concepto para producir campañas, acciones y contenidos. Ejemplo de ello son las producciones editoriales y audiovisuales de ficción que relatan el acontecer de escenarios imaginarios, que de una u otra manera son espejos de la realidad, como Game of Thrones o Transformers.
Lo fantástico: más cerca de la realidad que de la imaginación
Si bien producciones como las mencionadas anteriormente llevan a los espectadores a mundos diferentes, atemporales, irreales o incluso complementarios a la realidad, el discurso que comunican está ligado inherentemente a situaciones y contextos totalmente normales que involucran incluso “competencias de marcas”.
En la película Transformers, la manera como se encuentran en competencia varias marcas de automóviles es notoria, pero normal si se piensa desde el ángulo de los patrocinios. Sin embargo, sumando a esto la connotación de “buenos” y “malos”, propia de la trama, es curioso que la mayoría de las marcas estadounidenses aparecen en el lado de los buenos, mientras que las europeas están en el de los malos.
¿Rencillas por conflictos pasados o actuales? ¿Diferencias en los patrocinios? ¿Decisión de las marcas participantes? ¿Qué quieren decir las marcas? Las respuestas hacen parte de un mercado de la fantasía en el que los discursos audiovisuales proyectan tangencialmente la posición de las marcas.
Tal vez por eso en la cuarta película de la franquicia, los enemigos de los autos estadounidenses son copias hechas en China.
Entonces, la fantasía como mercado involucra mucho más que un sector industrial naranja de producción de contenidos y se convierte en un escenario de discursos y semiótica al servicio de las marcas y el entretenimiento.
Realidad, más subjetiva en tiempos digitales
A propósito, con la reciente visita a Colombia de Dan Katcher, como parte de la gira en Latinoamérica de Wacom Academy, el diseñador, conocido por ser el “padre de dragones” —por su trabajo al crear la imagen de las criaturas de la serie Game of Thrones—, habló sobre la relación que hay entre creatividad, tecnología y realidad.
El reconocido artista suma al discurso de la fantasía dos elementos fundamentales: la imaginación y la tecnología. Para Katcher, la tecnología es el vehículo que permite dar forma a las ideas, y esto implica una sinergia hombre-máquina en que el discurso fantástico es el resultado. De allí que los dragones, incluido el que diseñó especialmente para ilustrar esta portada, sean personajes que trascienden la pieza audiovisual per se, y se conviertan en personajes de primera línea, sin los cuales la trama no tendría sentido.
Sumado a esto, los avances en software para hacer cada vez más creíbles este tipo de personajes, incluidos los escenarios ficticios, contribuyen a darle al espectador una visión más certera de ese discurso.
“El éxito visual se debe a que lucen reales. No hay magia, parece que los dragones son físicamente reales, y te hacen pensar casi con certeza que en algún mundo son criaturas que pueden vivir en realidad”, explica Katcher.
Fantasía en cifras
En Colombia, según cifras del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las industrias creativas le aportan al PIB nacional 3,3%; Bogotá es la ciudad con mayor participación, con un 29% de este aporte según el Directorio estadístico de empresas, del DANE.
Así mismo, de las 8.730 empresas que componen las industrias creativas en Bogotá, el 40% tiene como actividad principal la producción, transmisión y/o posproducción de contenidos para el sector audiovisual.
Lo anterior se traduce en un posicionamiento fuerte del país y de la ciudad, como focos de inversión del sector creativo, y ubica a Bogotá como la ciudad latinoamericana que ha atraído mayor inversión greenfield en industrias creativas entre 2007 y 2017, según cálculos de la agencia de promoción Invest in Bogotá, iniciativa público-privada entre la Cámara de Comercio de Bogotá y el Distrito Capital.
Fuente: RevistaPyM.com
@MarceloAst y @AuraMendez , los invitamos a leer esta noticia, la cual será de su interés !!
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