Cada vez más, las organizaciones incursionan en mercados lejanos, donde las diferencias y barreras no son sólo idiomáticas sino de costumbres, creencias, normas y valores. Y a su vez, incorporan empleados de diversos orígenes, nacionalidades, razas y religiones. Gestionar adecuadamente la diversidad genera ventajas competitivas: mayor atracción y retención del talento, detección de nuevas oportunidades de negocios, reducción de los conflictos y mayor satisfacción de los clientes y compromiso de los empleados, entre otras.
«Contar con equipos multiculturales permite una mejor llegada a los clientes y a la comunidad», apunta Andrea Ávila, de la consultora en Recursos Humanos Randstad. «La diversidad cultural tiene un impacto cuantitativo en mayores ventas y utilidades, porque al generar equipos de trabajo complementarios, la creatividad y la innovación se incrementan, y mejora la toma de decisiones ya que aporta mayor amplitud de puntos de vista y soluciones», destaca.
En el día a día, las organizaciones implementan desde programas de asistencia a ejecutivos y empleados expatriados, cursos de idiomas, rotaciones de puestos laborales en el exterior y formación de redes de trabajo y de intercambio globales.
IBM (fundada en 1911 en Estados Unidos y con 380.000 empleados en 170 países) es una de las compañías pioneras en desarrollar un programa de Diversidad e Inclusión, entre cuyas iniciativas se cuenta la de «adaptabilidad cultural». «No solo trabajamos con coaching cultural para expatriados, sino que brindamos herramientas a las personas que viajan a otros países y a quienes trabajan en equipos globales», destaca Carolina Russo, Diversity Program Manager para el Cono Sur. «La idea es que cada profesional sea capaz de colaborar y compartir recursos más allá de las fronteras y unidades de negocios. Para esto se requieren habilidades de comunicación efectiva, escuchar activamente, tener empatía, respetar horarios, costumbres y permanecer abierto a ideas», enumera.
En Schneider Electric, compañía tecnológica de origen francés con 170.000 empleados en más de 100 países, la diversidad cultural y de género son pilares en el negocio. «Ofrecemos entrenamientos globales y trabajo transcultural a nuestros empleados, y valoramos los beneficios que la diversidad aporta tanto en lo personal como en lo profesional», destaca la brasileña Tania Cosentino, vicepresidenta de la Compañía para Sud América. «Hay grandes aprendizajes y evolución cuando compartimos conocimientos, buenas prácticas y casos de éxito con clientes y empleados del mundo. Esto nos permite ser más eficientes al brindar soluciones en los diferentes mercados». La ejecutiva destaca también que la empresa forma parte de la campaña HeforShe, un movimiento solidario internacional que invita a hombres y niños a abogar y tomar medidas por la igualdad de género.
Hoy la búsqueda de talento no se circunscribe a un país sino que suele ser global, y los candidatos deben contar con aptitudes para adaptarse a los cambios culturales y gestionar equipos diversos y remotos. Por esto muchas compañías tienen programas de intercambios o asignaciones de proyectos en otros países, y acompañan a los «expatriados» en su integración a la nueva comunidad. En Assist Card (fundada en 1972 en Suiza, presente en 190 países, 500 empleados en Argentina), desarrollan programas de intercambio regionales, asistencia y capacitación a los expatriados durante el primer año, y cobertura de viajes a su país de origen para que puedan mantener el contacto con sus seres queridos, destaca Orlando Romano, gerente regional de Compensaciones y Beneficios.
En Bridgestone (fundada en 1900 en Estados Unidos, con 1500 empleados en Argentina, donde instaló su primera planta industrial en 1931), brindan asistencia al personal expatriado y su familia, colaborando con la búsqueda de vivienda, colegio y cursos de idioma, destaca Carlos Saco, director de Recursos Humanos y Asuntos Corporativos.
La compañía de origen holandés Philips (presente en 100 países, con 7000 empleados en América latina), ofrece programas de expatriación, que «incluyen una capacitación cultural y consultoría profesional para que su pareja pueda conseguir trabajo en el nuevo destino», detalla Santiago Baistrocchi, gerente de Recursos Humanos Cono Sur.
Factor de innovación
En la firma de cosmética Natura (7000 empleados, fundada en Brasil en 1969 y con presencia en seis países incluida la Argentina desde hace 20 años), la multiculturalidad es un eje central para su estrategia de diversidad. «Lo que hace que un grupo sea verdaderamente innovador es la combinación de generaciones, habilidades, estilos de trabajo y formas de pensar», destaca Mariana Talarico, Gerente Regional de Recursos Humanos para Latinoamérica. La compañía ofrece programas de rotación internacional y asistencia a expatriados.
La sensibilidad intercultural y la capacidad de adaptación a entornos culturales diversos son claves en el actual mundo del trabajo. «Estas aptitudes pueden entrenarse, y van mucho más allá del conocimiento de idiomas», afirma Juan Medici, director ejecutivo de AFS, una Organización de Intercambio Cultural estudiantil que comenzó a ofrecer servicios de «entrenamiento en competencias globales» a otras organizaciones y compañías. La capacitación se basa en el Modelo de Desarrollo de la Sensibilidad Cultural creado por el psicolingüista estadounidense Milton Bennett. Este esquema se basa en seis estadíos, que van de la «negación» de las diferencias culturales, pasando por la actitud defensiva, la minimización, la aceptación, adaptación y finalmente la integración cultural.
A partir de fusiones y adquisiciones, el laboratorio Novartis (creado en 1996 por la unión de Ciba Geigy y Sandoz, y luego la norteamericana Alcon, con 119.000 empleados de 144 nacionalidades), implementó un programa de Diversidad e Inclusión a Nivel Mundial. «Pensamos que la diversidad es una realidad, pero la inclusión es una opción», señala Marisa Ventura, directora de la división Oftalmología y Líder de Inclusión y Diversidad en Argentina. «En un mundo globalizado, la capacidad de armar equipos de trabajo dispersos, con distintas costumbres y usos horarios, plantea desafíos hasta en las cuestiones más triviales, así como diferencias sutiles en el lenguaje. Porque lo que en Argentina calificamos como «bastante bueno» y significa que hay espacio para mejorarlo, en otros lugares de Latinoamérica es interpretado como muy bueno o excelente», grafica Ventura.
Parecidos, pero diferentes
Un abanico de idiomas, de religiones distintas, costumbres, creencias, normas y valores que cambian. Son los desafíos que trae la globalización y que van mas allá de la caída de las fronteras a la hora de pensar en los negocios corporativos
Gestionar adecuadamente la diversidad cultural genera ventajas competitivas, como la mayor atracción y retención de talento y el aumento del nivel de compromiso de los empleados, entre otras
Respetar las diferencias, es el mensaje principal que aprenden quienes lideran grupos diversos
Una mejor llegada a los clientes y a las comunidades es otro beneficio de los equipos multiculturales y tiene impacto en ventas y utilidades
Fuente: Lanacion.com.ar
@DianaMarcelaAcosta @CarolinaRodriguez
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