La clave del éxito de una empresa está en los productos que ofrece y las facilidades para adquirirlos. No sólo el producto tiene que ser interesante y atractivo, sino que se debe crear una experiencia de compra que motive al cliente a decidirse por el consumo repetido de ese producto y no otro. No obstante, más allá de la precisión de las técnicas utilizadas para su producción o las estrategias diseñadas para reducir el tiempo de producción, aumentar la calidad, son las personas las que logran que una empresa sea exitosa.
Así es, el empeño que los trabajadores ponen en sus labores es la que puede definir el éxito o fracaso de una estrategia o, incluso, de la compañía en sí misma. De ahí que se recomiende el desarrollo de políticas que brinden bienestar a los empleados y los motiven a ser productivos.
El mundo ha cambiado. Los jóvenes de hoy prefieren crear su propia empresa, aunque fracasen una y otra vez, que trabajar para una empresa ya constituida. Los trabajadores de hoy ya no sueñan con pensiones ni creen en la infinita fidelidad hacia las organizaciones que pueden asegurar su futuro. Las personas de hoy son aventureras, soñadoras y sagaces, por lo que pueden tomar y abandonar múltiples trabajos y adquirir en cada sitio habilidades que los harán más deseables en el mercado, o les permitirán enfrentar un proyecto en solitario con mayor eficacia.
De ahí que muchas empresas hayan iniciado planes para aumentar el compromiso y permanencia de sus trabajadores. Las empresas de hoy ya no son esos rígidos entes de control, vigilancia y jerarquía ante las que los empleados demostraban eficiencia. Poco a poco el mundo empresarial se ha tornado en empresas con lineamientos precisos pero con actitud desenfadada.
Precisamente, parece ser que el futuro de las compañías estará en el tipo de trato que ofrezcan a sus empleados. Allí está la clave de la supervivencia. Parece ser que el trato humanizado del trabajador y un enfoque en la productividad, no sólo laboral, sino también personal, serán la clave para tener trabajadores felices en el futuro.
No sólo eso, algunos expertos recomiendan poner una especial atención a la sanidad, médica y psicológica, que permitirá la armónica convivencia de todas las personas vinculadas a la empresa. Al parecer la clave está en no trazar un muro con los empleados, desconociendo su realidad como individuo, sino incluirlos en un circulo que les ofrezca apoyo y comprensión (junto al desarrollo de metas).
Esto, por supuesto, no quiere decir que todas las empresas tengan que ser iguales en sus estrategias de manejo del talento humano. Justamente, será lo diferente lo que atraiga a los futuros talentos, que buscan desarrollar su carrera. Cada organización deberá trazar sus propias estrategias para atraer y retener el talento, de acuerdo a su actividad y formas.
¿Y tú qué tipo de equipo tienes?
Si te interesa el tema puedes consultar: americaeconomia.com, El Impulso
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